Los Bancos Centrales del mundo han llenado sus bóvedas de oro.
Carlos Montero
Hace meses ya le he dado cuenta de que los bancos centrales del mundo han estado llenando sus bóvedas de oro ante la incertidumbre global. En realidad es una estrategia de largo plazo, que de seguro reactivarán en 2023, y cuyo principal objetivo es diversificar sus carteras.
Sí, lo mismo que están haciendo inversores minoristas. Le comparto cifras que recién reportó el Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés): los pedidos del metal precioso aumentaron un 18 por ciento en 2022 hasta las 4,741 toneladas, la mayor cantidad desde 2011. Y esta gran demanda fue impulsada precisamente por las compras de los bancos centrales, que alcanzaron un máximo de 55 años.
El ritmo de sus adquisiciones fue histórico en la segunda mitad de 2022, con el claro objetivo de diversificar sus reservas internacionales lejos del dólar, después de que Estados Unidos impusiera sanciones a Rusia y le congelara las reservas de oro y de divisas extranjeras.