"No me pagan para pensar. Solo ejecuto las órdenes que me envía el sistema operativo"
Actualizado : 13:44
Hablo con Adrián M. operador treintañero en un banco importante. Hablamos de lo humano y de lo divino. Incluso del más allá. Tras el precalentamiento, entro en el asunto "¿Qué método analítico utilizáis en vuestro banco a la hora de decidir las inversiones? ¿Valores, sectores, otras preferencias? ¿Países, regiones? ¿Multifactores?", le pregunto.
"A mí, como al resto de compañeros de mesa no nos pagan para pensar. Tampoco asistimos a la reunión de los analistas antes de la apertura. Solo ejecutamos las órdenes que nos envía el sistema operativo. Ni siquiera eso, porque las máquinas lo hacen todo (o casi). Hay que estar muy atentos. Nada más y nada menos, porque todo se desarrolla de manera muy rápida. Es otra máquina la que soporta el control de la velocidad de la anterior y, luego, un ordenador central", me dice tan tranquilo. "En concreto, yo soy matemático, No se nada de Bolsa. Sólo que los algoritmos se cruzan unos con otros, aunque en la mayoría de las ocasiones van cogidos de la mano, porque un algoritmo es, precisamente, eso, un conjunto ordenado de operaciones sistemáticas que permite hacer un cálculo y hallar la solución de un tipo de problemas", añade.
Ya he escrito de la avaricia desmedida de los banqueros, también y, principalmente, los ordenadores potentes. Ordenadores que pelean unos contra otros, alimentados con algoritmos de última generación. Las Bolsas se han convertido en un enorme casino de algoritmos contra algoritmos y de nuevos encajes matemáticos. A veces, la liquidación desordenada de posiciones en ETF Short VIX (SVXY), fondos que juegan en contra de los incrementos de la volatilidad, cogen con el pie cambiado a los Nomura y Crédit Suisse y generado pérdidas mil millonarias. Movimientos replicados por ordenadores, que compran y venden con programas informáticos, elevando aún más la volatilidad.