Mi coche eléctrico contamina

Jesús Sánchez-Quiñones, director general de Renta 4 Banco

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Capitalbolsa | 09 abr, 2021

El deber de cuidar y conservar el medio ambiente no es nada nuevo. Es una obligación del ser humano recogida en el Génesis, el primer libro de la Biblia. Ahora, los criterios ASG (Ambientales, Sociales y Gobernanza) parecen impregnar todos los ámbitos de la inversión y de cualquier industria.

Existe el riesgo de utilizar estos loables objetivos para introducir cambios radicales en distintos ámbitos que no necesariamente cuentan con suficiente justificación científica o, al menos, son discutibles. Uno de estos campos controvertidos es la consideración del coche eléctrico como la solución a la contaminación de los coches de combustión (gasolina, diésel y gas). Andy Palmer, exdirectivo de Aston Martin y Nissan, señalaba recientemente que se debería tener prudencia en considerar el coche eléctrico como la solución para un futuro más limpio en el transporte, añadiendo que "los gobiernos deberían permitir a los científicos encontrar las mejores soluciones, no dictarlas".

El Reino Unido ya ha aprobado la prohibición de vender coches de combustión a partir de 2030. En España, la reciente ley de cambio climático incluye la prohibición de fabricar y matricular coches diésel o de gasolina a partir de 2040.

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