Intenso enero y primer 'cisne negro'

Juan Carlos Ureta Domingo, presidente ejecutivo Renta 4 Banco

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Capitalbolsa | 03 feb, 2020

Hace exactamente dos años, a principios de febrero de 2018, las Bolsas americanas se desplomaban por temor a una rápida subida de los tipos de interés, tras haber superado el tipo del bono del Tesoro americano a diez años (T bond) el temido nivel del 3%, lo que hacía prever a muchos una rápida escalada en el precio del dinero.

Era el momento en el que se pensaba que la Fed había tenido éxito en su objetivo de relanzar la economía americana, hasta tal punto de que la Fed no dudó en subir ese año 2018 hasta cuatro veces los tipos de interés, la última de ellas el 19 de diciembre, lo que provocó una brusca caída de las Bolsas los días siguientes, en medio de fuertes temores de recesión. De esta forma la economía pasó a lo largo del 2018 de una expectativa de "crecimiento global sincronizado" a una realidad de "desaceleración global sincronizada", certificando así el fracaso de las políticas monetarias expansivas a la hora de generar un crecimiento económico sostenible y vigoroso.

Hoy, dos años después, el tipo de interés del T bond está en el 1,5% al que cerraba el pasado viernes, justo la mitad de aquel fatídico 3% que tumbó a las Bolsas en febrero de 2018, y desde entonces a hoy han pasado muchas cosas, pero sobre todo hemos entendido que para que la economía siga funcionando es indispensable mantener las políticas monetarias expansivas, tanto en la vertiente de los tipos de interés muy bajos como en la vertiente de la provisión continua de liquidez al mercado.

La comprensión de esa necesidad ha movido, curiosamente, a los inversores a abrazar de nuevo el riesgo en el 2019, propiciando una subida histórica de las Bolsas y de los bonos de baja calidad, justo en el año de menor crecimiento económico global de la última década, bajo la convicción de que estamos en un "nuevo escenario", en un "nuevo paradigma", el de los tipos cero o casi cero para siempre, perpetuos.

Enero empezó bajo ese mismo paradigma y, en las dos primeras semanas, el movimiento de las Bolsas prácticamente replicó lo ya visto en 2019, a saber, subidas de los índices en todo el mundo y récords diarios en las Bolsas americanas, con las tecnológicas en subida vertical. Pero ha aparecido un inesperado "cisne negro", la epidemia del coronavirus, que ha terminado con ese idílico comportamiento, sin que racionalmente sea posible saber hasta qué niveles pueden llegar la epidemia y su impacto económico, aunque todo apunta a que ese impacto no será pequeño.

Ahora mismo todas las miradas están atentas a la evolución de la epidemia, a ver si se expande o no, de igual forma que hace dos meses todas las miradas se dirigían a analizar cada pequeño avance o retroceso que se produjera en las negociaciones para el acuerdo comercial con China, y de igual forma que hace dos años toda la atención se concentraba en ver si el tipo de interés del T bond superaba o no el 3%. Los mercados funcionan así, concentran su atención en cada momento en determinadas cosas, y tienden a analizar poco las restantes.

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