Estirando la cuerda comercial

Santander Private Banking

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Capitalbolsa | 10 abr, 2018

El deterioro de las relaciones comerciales entre EEUU y China ha tenido un impacto elevado sobre el mercado financiero en las últimas semanas. Dada la importancia de ambas economías en el PIB mundial y la intensificación de las cadenas de producción globales, los efectos sobre el crecimiento mundial de una eventual “guerra comercial” entre ambos países serían muy negativos.

Tras el anuncio de EEUU de un aumento de los aranceles sobre bienes por valor de unos 50.000 millones USD hace dos semanas y la respuesta de China con el anuncio de la imposición de medidas que afectaría a una cantidad de bienes similar, EEUU anunció la semana pasada una ampliación de los bienes afectados por los aranceles.

Esta nueva amenaza se centra en nuevos productos por valor de 100.000 millones de USD adicionales. Por ahora, estos anuncios, no se han implementado y son únicamente amenazas que pensamos que ambos países utilizarán para tener una posición ventajosa en unas eventuales negociaciones. Una de las lecturas que está haciendo el mercado es intentar inferir una posible respuesta de China al último episodio de retórica proteccionista.

Y es que las reducidas importaciones de China desde EEUU imposibilitan que China pueda responder con medidas de magnitud similar: China “solo” importa unos 100.000 millones de USD desde EEUU. El temor del mercado es que China puede implementar otras medidas, como la imposición de limitaciones en la concesión de visados o el endurecimiento de las restricciones para las empresas de EEUU que operan en China.

Uno de los riesgos que más asusta es la posibilidad de que China respondiese reduciendo sus tenencias de deuda de EEUU: es el segundo mayor tenedor de deuda externa de EEUU tras Japón y ostenta el 18% de la deuda de EEUU en manos de extranjeros. Una reducción de esas tenencias aumentaría el coste de financiación de EEUU de manera sustancial.

Sin embargo, existen dificultades prácticas para que China reduzca sustancialmente sus tenencias. En particular, la oferta de activos libre de riesgo que puedan ejercer de alternativa a la deuda de EEUU es limitada. A pesar de que algunas monedas como el euro han aumentado su peso en las reservas internacionales, la gran mayoría de las reservas internacionales sigue estando denominada en USD.

No obstante, el simple anuncio de una reducción de la exposición de China a de la deuda de EEUU podría provocar el alza de tipos de EEUU. Como hemos comentado en alguna ocasión, pensamos que la sangre no llegará al río y que ambas potencias terminarán llegando a un acuerdo. No obstante, y aunque la puerta sigue abierta a las negociaciones, las posiciones entre ambos países son, de momento, profundamente distantes.

En este contexto, es previsible que el entorno comercial siga siendo, en el corto plazo, una fuente de volatilidad para el mercado. Esta semana habrá que estar atentos a dos citas muy relevantes desde el punto de vista comercial.

En primer lugar, las palabras del Presidente chino Xi en la apertura del Foro Boao para Asia, el martes, tendrán mucha relevancia, puesto que, al contrario que Trump, hasta ahora no se ha manifestado públicamente sobre esta cuestión.

En segundo lugar, seguimos esperando que la firma de NAFTA a finales de semana pueda ayudar a devolver la confianza a los inversores por una doble vía: (i) la incertidumbre en torno a este tratado ha mantenido lastrados los activos de riesgo en México, sobre todo, pero también en Canadá y, en menor medida, en EEUU. Si se confirma, como todo apunta, que se ha alcanzado un acuerdo parcial, sería un elemento de alivio para el mercado, y (ii) los inversores podrían tomarlo como un precedente en la forma de negociar de Trump de cara a inferir que podría pasar en las negociaciones con China.

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