“El frenazo de la Bolsa y los bonos no es un cambio de sesgo, pero evidencia una menor euforia”

Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad

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Capitalbolsa | 09 ene, 2024

“Para la Bolsa puede argumentarse que apenas ralentiza y que, además, nos encontrábamos en un momento de sobrecompra que pedía a gritos, si no una corrección, sí al menos algo de contención, en el caso de la renta fija el correctivo ha sido de cierta severidad en el bono español a diez años desde el 27 de diciembre”, abunda. Y esto “pone a las claras, no tanto un cambio de sesgo inversor como una sensibilidad distinta. Desde luego, una menor euforia. Al menos, de momento”.

A juicio de Del Pozo, esta bajada de temperatura del mercado obedece a que “venimos de unos meses en los que, casi de un día para otro, los agentes económicos pasaron de descontar tipos altos durante un largo periodo de tiempo, a bajadas del precio del dinero, tan rápidas e inminentes como el próximo mes de marzo [...] ”. Puntualiza que esto “no significa un cambio de tendencia: la corriente de fondo sigue siendo la misma, es decir, reducción de la inflación, ralentización del crecimiento y, por tanto, comienzo del ciclo de bajada de tipos”.

Con todo, cree que “el paso atrás de la renta fija puede suponer una excelente noticia para que los inversores en bonos vuelvan a tomar posiciones, dado el escenario base de consenso de bajadas de tipos en los próximos doce meses”. “Igualmente, el sobrecalentamiento de la Bolsa se está atemperando: otra posible llamada a la entrada en renta variable”.

Subraya el director de inversiones financieras de Mutualidad que “el nivel de incertidumbre es muy, muy elevado en este comienzo de 2024: la inflación, sin ir más lejos, ha vuelto a acelerarse en Europa en diciembre desde el 2,4% al 2,9%… el primer repunte tras ocho meses consecutivos de bajadas [...]”. “No es un drama, ni tampoco una tendencia, pero sí un toque de atención”, incide. “El empleo sigue muy fuerte en EE.UU. y previsiblemente también en Europa. Ello pone un cierto suelo a la prontitud y velocidad con la que los bancos centrales -que por cierto se reúnen a final de mes- podrían bajar los tipos de interés”.

Asimismo, recuerda que “el año comienza, además, con un elevadísimo grado de incertidumbre geopolítica: Oriente Medio -con su clara implicación en el precio del crudo y materias primas-, la ya casi endémica guerra en Ucrania, la tensión en el Mar de China Meridional [...] pero sobre todo y por encima de todo, tenemos que 2024 es año electoral en EE.UU., algo absolutamente trascendental para la política, la economía y los mercados mundiales”.

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