"El foco del mercado en el lado negativo de las políticas de Trump contagia las bolsas y dispara el VIX"
Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad
Paso claramente cambiado en este comienzo de año, que se abre con multitud de incógnitas, la principal de las cuáles tiene que ver con la nueva política económica (y geopolítica) que emane de Estados Unidos.
Conviene tener presente que el actual marco general infiere crecimiento a ambos lados del Atlántico, en Europa con -probablemente- algo de ayuda del BCE.
En ese sentido, cualquier retroceso de la renta fija o, sin ir más lejos, los niveles actuales, pueden ser oportunidades para seguir conformando cartera de bonos, centrándonos eso sí en emisiones de calidad (deuda o crédito con grado de inversión).
Por lo que toca a las bolsas, algo más de cautela, y necesidad de más visibilidad con Trump… Pero en caso de retroceso desde niveles clave de soporte (en el Ibex, perder el 11.100; en el SP500, perder el 5.700), la oportunidad debería ser claramente aprovechada, si el mercado vuelve a baremos similares a los mínimos de agosto (10.300 de IBEX;5.500 de SP500). Por todo ello prudencia, sí, pero atentos a las oportunidades.
Podríamos decir que el escenario base de normalización sigue vigente, en la medida en la que se espera que tanto la Reserva Federal como, sobre todo, el Banco Central Europeo, bajen tipos a lo largo del presente año. Pero sí es cierto que los últimos datos macro publicados -especialmente en Estados Unidos- y, sobre todo, las expectativas acerca de nuevas políticas económicas a implementar por parte del próximo nuevo inquilino de la Casa Blanca están haciendo mella en las cotizaciones de los activos financieros.
En el primero de estos bloques, los datos macro, la semana pasada hemos tenido un ISM de servicios estadounidense sorprendentemente positivo, al pasar de 52.1 a 54.1, por encima del 53.5 esperado por el mercado. Destaca no solo la fortaleza de actividad y nuevos pedidos sino, especialmente, el componente de precios pagados que, con un 64.4 (57.5 estimado), marca un máximo desde comienzos de 2023. Si a ellos le sumamos el buen dato de empleo del viernes, con una creación de puestos de trabajo muy por encima de lo esperado (256 mil versus 165 mil), el conjunto general que tenemos es de mayor actividad económica en Norteamérica. Algo positivo, sí. Pero que también infiere mayores previsiones de inflación o, cuando menos, no más bajas.
Porque el segundo aspecto relevante es que, en apenas una semana, Donald Trump tomará posesión como 47º presidente de los Estados Unidos de América. Y aquí debemos decir dos cosas con respecto al mercado: la primera que existe una expectación máxima por lo que se refiere a sus dos medidas económicas estrella, es decir, los aranceles y la expansión fiscal (rebaja de impuestos). La segunda, y esto es lo que estamos viviendo en las últimas semanas, es un vuelco en la percepción de los inversores con respecto al efecto de estas políticas: tras la victoria de Trump, las bolsas subieron y la renta fija cayó, descontando sin duda un mayor crecimiento y mayor inflación. Pero, como decimos, desde hace ya bastantes sesiones, la sensación es que los agentes económicos están mirando más el lado negativo que positivo de estas políticas. Es decir, percibimos un contagio a las bolsas de las tensiones de la deuda pública, en forma de un incremento perceptible de la volatilidad, medida, en términos de VIX. Desde comienzos de diciembre, este indicador ha pasado de niveles inferiores a 14, a niveles cercanos a 22. Una señal para tener muy en cuenta.
Por todo ello, 2025 ha comenzado con fuertes caídas en los bonos -en toda la curva, pero especialmente en los tramos más largos- y unas bolsas extraordinariamente indecisas. Y es que la renta variable, a pesar de que el escenario de crecimiento no es negativo (algo que siempre es beneficioso para los resultados empresariales) comienza a dudar seriamente de que el camino de normalización monetaria, es decir, de bajadas de tipos de interés, pueda continuar en un entorno en el que la inflación muestra claros signos de persistencia. O, dicho en términos de mercado, es difícil ver a las bolsas subir con unas curvas de deuda tensionándose de manera fuerte. Habitualmente, se suele poner el “comienzo de dolor” de las acciones USA en el 4.5% de rentabilidad del bono americano a diez años. Este bono cotiza ahora por encima del 4.7%.