El dinero tonto lo tiene muy difícil para dejar de ser tonto
Carlos Montero
En alguna ocasión les he hablado en estas páginas de los términos "dinero inteligente" y "dinero tonto". Repetiré lo que se entiende en el mercado por estos conceptos por si alguien no lo sabe.
"Dinero inteligente" es aquel que proviene fundamentalmente de grandes inversores institucionales, empresas de capital riesgo e insiders, y se llama así porque históricamente han demostrado superar en rentabilidad la media del conjunto de inversores. Por el contrario, "dinero tonto" es aquel que tienen los gestores de fondos de pensiones (entre otros), y el de los inversores particulares, y se llama así justamente por lo contrario al inteligente, invierten peor que el promedio del mercado.
Hay mucha controversia con estos términos, que yo personalmente considero despectivos, ahora bien, si es cierto, los datos así lo avalan, que los inversores particulares suelen hacerlo peor que los inversores profesionales. ¿Por qué?
Tiene que ver la menor preparación, que tienen peores menos instrumentos de información y gestión, que tienen menos tiempo, que no son profesionales del sector (solo los mejores van al "dinero inteligente"), pero también tiene que ver, y mucho, que los proyectos que se les ofrecen son menos interesantes que a los otros inversores. Matt Levine, de Investment Food Chain Bloomberg, afirmó recientemente a este respecto: