La decisión del BCE supone un realineamiento con la política monetaria de EEUU

Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad

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Capitalbolsa | 07 jun, 2024

El Banco Central Europeo cumplió con el guion establecido de bajar 25 puntos básicos los tipos de interés, tal y como descontaba el mercado. En verdad, tenía pocas opciones a no hacerlo, dado que desde casi comienzos de año han telegrafiado esta bajada, mencionando en repetidas ocasiones la expresión “para finales de primavera”.

En otras palabras, no haber realizado el movimiento habría redundado en una importante pérdida de credibilidad de la institución monetaria europea.

Cumplido el guion en su parte formal, lo más interesante ha venido de la mano de un discurso con tintes acusadamente hawkish, es decir, un mensaje a los mercados en el sentido de que las siguientes bajadas de tipos se van a hacer esperar.

Esto es interesante por dos puntos: en primer lugar, supone un ejercicio de realismo antes unos últimos datos de inflación que han resultado por encima de la senda marcada por el propio BCE y que, de hecho, le han llevado a reconocer que no se alcanzará el objetivo del 2% en el IPC de la Eurozona a mediados de 2025.

En segundo lugar, y aún más interesante, supone un realineamiento con la política monetaria estadounidense, más cauta a la hora de comenzar el proceso de normalización monetaria, debido al mayor dinamismo que mantiene su economía (si bien en vías de ligera ralentización).

Por tanto, el movimiento del BCE debería ayudar a una mayor sincronización de los bancos centrales a ambos lados del Atlántico lo que, de paso, debería también inferir algo más de estabilidad en el tipo de cambio euro-dólar.

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