“La cuestión clave es determinar lo que se necesitaría para reiniciar finalmente el proceso de desinflación”

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Capitalbolsa | 08 may, 2024

"Al aplazar el inicio del cambio de postura de la Fed, Jay Powell sigue manteniendo un sesgo expansivo” y “dejó claro que, según su 'previsión personal', este año deberían verse más avances en el frente de la inflación”, afirma Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers.

En este sentido, “la cuestión clave es determinar lo que se necesitaría para reiniciar finalmente el proceso de desinflación”.

El experto señala que “los últimos datos de EE. UU. apoyan la hipótesis de que la impresión más suave de lo esperado para el PIB del 1T no fue un mero episodio de reversión a la media. Reafirmamos nuestra hipótesis de base de que la Fed aún podrá recortar dos veces este año, a partir de septiembre. La actuación "no tan halcón" de Powell y un flujo de datos estadounidenses más débil de lo esperado son buenas noticias para el BCE. El Consejo de Gobierno debería verse animado a recortar en junio por la mayor desaceleración de los precios de consumo subyacentes en abril, pero de cara al futuro, una mayor probabilidad de un cambio de postura por parte de la Fed con un desfase de solo unos meses despejaría el camino para más recortes en la zona del euro en la segunda mitad de este año sin demasiada preocupación por un contragolpe cambiario”.

Moëc destaca que “antes de la conferencia de prensa de Powell, posiblemente anticipando un tono bastante duro, la probabilidad de un recorte en septiembre se cotizaba a sólo el 50% en los contratos a plazo. Después de que se publicaran las nóminas y el ISM de abril, la probabilidad subió al 92%. Los rendimientos a 10 años se corrigieron visiblemente, cayendo de un máximo reciente del 4,73% el 25 de abril al 4,50% el viernes pasado”.

El experto considera que “estos acontecimientos en EE. UU. llegan en el momento oportuno para el Banco Central Europeo. De hecho, aunque el PIB de la zona euro correspondiente al primer trimestre salió la semana pasada mejor de lo que esperábamos (y del consenso del mercado), con un aumento intertrimestral del 0,3%, seguimos pensando que la política monetaria debe ser rápidamente menos restrictiva en la zona euro, independientemente de lo que haga la Reserva Federal.

Con la variación interanual de los precios al consumo de los servicios cayendo finalmente por debajo del 4% –este fue, en nuestra opinión, el punto más crítico en la publicación del IPC de la semana pasada en la zona euro– el BCE debería estar seguro de que tiene sentido empezar a reducir el grado de restricción de la política en junio.

Pero, por supuesto, una mayor probabilidad de un eventual recorte por parte de la Fed -aunque se produzca unos meses después que el BCE- ayudaría a alejar algunas de las preocupaciones relacionadas con los tipos de cambio. El euro recuperó algo de terreno la semana pasada gracias a la combinación de la actuación "no tan dura" de Powell y unos datos más débiles de lo esperado en EE. UU. (de 1,065 USD justo antes de que Powell empezara a hablar a 1,076 el viernes pasado), aunque las expectativas del mercado de un recorte del BCE en junio se hicieron más firmes (de una probabilidad del 88% al 96%)”.

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