Cada vez hay más países que obligarán al uso de mascarillas
Cada vez hay más países que están convencidos de que la propagación del coronavirus puede ser reducida con el uso de mascarillas. No se trata de protegerse a uno mismo, sino de proteger a los demás, minimizando el riesgo de transmitir la infección. En los Estados Unidos, los expertos gubernamentales señalan la creciente evidencia científica de que las personas pueden liberar el virus incluso si no muestran ningún síntoma, lo que se conoce como "transmisión asintomática".
Es por eso que el uso de máscaras públicas es ahora una política oficial de EE.UU., como en muchos otros países.
Y para disipar las preocupaciones sobre la pérdida de un valioso equipo de protección personal para los profesionales médicos, los CDC recomiendan que se cubra la cara, usando desde bufandas hasta camisetas.
Los estudios han demostrado que estas máscaras "informales" pueden atrapar una proporción significativa de cualquier virus que pueda exhalar, por lo que podría ser invaluable cuando no sea posible el distanciamiento social, incluidos los pagos en supermercados y el transporte público.
El distanciamiento social y el uso de protección puede ayudar a reducir los riesgos de un segundo pico en los casos.
Pero también preocupará que las personas puedan asumir una falsa seguridad ante algún tipo de máscara y se vuelvan descuidados con otras medidas cruciales como el lavado de manos.