¿Y ahora cuáles son las alternativas del BBVA y el Sabadell? Veamos

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Capitalbolsa | 27 nov, 2020

El mercado llevaba días rumoreando sobre la ruptura de la fusión de ambas entidades: "La fusión entre BBVA y Sabadell se tambalea. Las conversaciones para intentar alcanzar un acuerdo se han enquistado en los últimos días, hasta el punto que no se descarta que próximamente haya una ruptura oficial, según fuentes conocedoras del proceso", afirmaban ayer los analistas del elEconomista, añadiendo:

Dos son los motivos principales que, por ahora, parecen insalvables y que han encallado la negociación. Uno es el precio al que BBVA adquirirá el Sabadell. El otro el reparto de poder en la nueva cúpula del grupo resultante.

El grupo que preside Carlos Torres está dispuesto a abonar la adquisición en efectivo, una exigencia impuesta por el banco catalán, pero no está por la labor de elevar sustancialmente el importe, cerca de 2.500 millones, algo que la entidad que lidera Josep Oliu ve inaceptable ya que su valor en libros alcanza los 12.700 millones.

El mercado, desde el lunes de la semana pasada -cuando BBVA anunció la venta millonaria de su filial en Estados Unidos y desveló las conversaciones formales para la integración- viene anticipando que el precio podría rondar esta cifra, que supone una prima sobre el viernes anterior del 30%. Algunos analistas, sin embargo, sostienen que el banco de origen vasco podría subir la cifra teniendo en cuenta el botín que supondrá la desinversión en Norteamérica. Tras esta transacción, BBVA contará con un exceso de capital de al menos 7.100 millones de euros.

El otro punto de desencuentro es la configuración del consejo de administración y la alta dirección. En un primer momento, se barajó la posibilidad de que Oliu fuera copresidente, mismo cargo que Torres, aunque con menores atribuciones. Posteriormente, el máximo responsable del Sabadell cedió ante las peticiones de BBVA y se mostró dispuesto a jubilarse y no ostentar ningún puesto en el nuevo grupo, a cambio eso sí, de que la compra se hiciera en metálico y no a través de canje de acciones.

Ahora, tras las presiones del BCE, BBVA ha ofrecido una vicepresidencia no ejecutiva a Oliu con el objetivo de enderezar las conversaciones, pero en el organismo supervisor lo consideran insuficiente, algo que comparte también la dirección del Sabadell por los riesgos de la integración y del denominado 'caso Villarejo'. Por el momento, según las mismas fuentes, Torres se ha enrocado y no quiere compartir poder con Oliu.

De esta manera y si las posturas se mantienen será difícil que la fusión para crear un nuevo gigante financiero en España, que pisaría los talones a CaixaBank-Bankia, finalmente salga adelante. En estos momentos, la piedra está en el tejado de Torres y en lo que ceda.

El BCE está tratando de una manera diferente a BBVA que al resto del sector por los riesgos que entraña la trama de espionaje supuestamente encargada por el banco a Villarejo entre 2004 y 2017. El regulador teme una imputación de Torres y que éste tenga dimitir. Por ello, está exigiendo que haya un plan de sucesión claro y potente, que limite los efectos de un acontecimiento de tal magnitud. Oliu, con más de tres décadas en el sector financiero, sería en este escenario un sustituto claro del presidente de BBVA, por lo que sería necesario que tuviera atribuciones específicas de gestión en el nuevo organigrama. Al BCE no le gustaría que el turco Onur Genç escalara a lo más alto.

Hay que tener en cuenta que BBVA ya está imputado en la causa del espionaje, que investiga la Audiencia Nacional, y que el anterior presidente, Francisco González está en la lista de acusados. Torres fue mano derecha de este último desde 2015 hasta finales de 2018, periodo en el que el banco se sirvió de los trabajos del excomisario de la Policía.

Alternativas

De romperse las negociaciones al Sabadell no le quedaría más remedio que intentar de nuevo una fusión con KutxaBank o explorar la vía de una integraciones paneuropea con una entidad del Viejo Continente, algo que el BCE vería con buenos ojos, ya que está alentando este tipo de transacciones en el sector. Eso sí, las conversaciones podrían aún enderezarse.

En cuanto a BBVA, su superavit de capital lo podría utilizar para aumentar su presencia en Turquía, donde posee ya el control de Garanti con casi el 50% del accionariado.

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