Una sonrisa hoy en los mercados podría convertirse en lágrimas mañana.

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Capitalbolsa | 07 feb, 2024

Actualizado : 19:05

Dado el optimismo predominante en los mercados financieros, la tan esperada recesión se está posponiendo nuevamente, aunque los bancos centrales se muestran cautelosos a la hora de endurecer la política monetaria.

Además, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico revisó al alza su pronóstico económico mundial para 2024 en 0,2 puntos porcentuales. Esto contrasta con las previsiones de un aterrizaje forzoso...

Las proyecciones apuntan ahora a un PIB global del 2,9% para 2024, frente a la estimación de noviembre del 2,7%, y para 2025 se espera que se mantenga en el 3,0%). India lidera el camino durante los próximos dos años, seguida de Indonesia.

Enero también trajo noticias positivas de los índices PMI globales de JP Morgan S&P, con el sector manufacturero en 50 (frente a 49,0 anteriormente), el sector servicios en 52,3 (frente a 51,6) y el compuesto en 51,8 (frente a 51,0).

A pesar de las interrupciones en la cadena de suministro debido a las tensiones en el Mar Rojo , las presiones inflacionarias están disminuyendo lentamente.

En general, los datos parecen sugerir que los bancos centrales podrían recortar las tasas de interés antes de lo esperado, manteniendo la economía a flote.

¿Está entonces más que justificado el optimismo en el mercado de valores? No necesariamente.

Una mirada más cercana a Estados Unidos revela posibles desencadenantes de la crisis, como una deuda pública de más de 34 billones de dólares . El desafío sustancial radica en pagar intereses a los acreedores, que exceden el gasto de defensa nacional.

Si bien recortar el gasto, especialmente el gasto militar, podría ser una solución racional, las tensiones geopolíticas lo hacen poco probable. Recortar los programas sociales plantea sus desafíos, con el riesgo de malestar social y protestas, particularmente inoportunas en el período previo a las elecciones presidenciales.

Para complicar las cosas, el gobierno federal sigue gastando más de lo que genera a través de impuestos y otras fuentes de ingresos, sin dejar una salida clara a este ciclo financiero.

En cuanto a las consecuencias:

Para evitar los peores escenarios, el gobierno puede intentar reducir los niveles de deuda. Sin embargo, esto también implica una capacidad reducida para responder a los problemas emergentes. Por lo tanto, si las crisis en los bancos regionales o en el mercado inmobiliario comercial se intensifican, es posible que no todas puedan salvarse, con el consiguiente riesgo de una nueva crisis.

Aunque las previsiones actuales mantienen una perspectiva optimista, las repercusiones de la prosperidad actual pueden volverse más evidentes a largo plazo. En conclusión, es aconsejable destinar parte de la cartera a instrumentos de cobertura como los metales preciosos y seguir de cerca los indicadores macroeconómicos, incluido el gráfico del precio del oro .

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