El mercado sigue recuperándose de su ataque de fiebre
Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers
Actualizado : 13:40
El mercado de renta fija estadounidense sigue recuperándose de su ataque de fiebre. El dato de inflación de octubre, mejor de lo previsto, y probablemente la asunción por parte del mercado del bucle de retroalimentación de su propia acción –unos rendimientos de los bonos demasiado elevados desencadenarían en última instancia la misma recesión en la que los inversores habían dejado de creer–, condujeron a una corrección de los rendimientos a 10 años.
Lo que llamó la atención en el verano y principios del otoño fue cómo los rendimientos a 10 años deflactados por las propias expectativas de inflación a 10 años del mercado habían empezado a superar el 1,75%, la estimación ampliamente aceptada del crecimiento potencial en EE.UU. A pesar de la corrección observada en las últimas semanas, este sigue siendo el caso: los rendimientos reales a 10 años se situaban en el 2,16% el 17 de noviembre.
Aunque pueda haber buenas razones para creer que el PIB potencial se está acelerando en Estados Unidos, por ejemplo, debido al estímulo a la innovación provocado por la IA y/o el impulso a la inversión desencadenado por la IRA, el impacto es probablemente más del orden de unos pocos decimales –especialmente a corto plazo– que de un reajuste masivo. El 2,16% del tipo real a 10 años, todavía unos 40 puntos básicos por encima del valor central del crecimiento potencial del PIB, ofrece así cierto "margen de seguridad" frente a una posible reacción adversa de la Fed sobre la que advertimos hace dos semanas. De hecho, la consideración de las condiciones financieras generales debería ir en ambos sentidos: si el mercado retrocede demasiado, devolviendo los tipos reales a territorio neutral o acomodaticio, entonces –considerando que la tarea de llevar la inflación de forma duradera al 2% está inacabada– el banco central tendría justificación para realizar más subidas.
La otra fuente de tranquilidad son las expectativas de inflación basadas en el mercado. De hecho, aunque han sido más estables que los tipos reales, han estado retrocediendo recientemente. En pocas palabras, los tipos reales a largo plazo siguen siendo lo suficientemente elevados como para complementar la acción de la Fed a través de sus tipos de interés oficiales, mientras que las expectativas de inflación son lo suficientemente bajas como para ayudar a convencer al banco central de que ya se ha hecho lo suficiente. No es una configuración demasiado mala para el mercado.