¿Será China el cisne negro que produzca un crash en las bolsas mundiales? Veamos.
Vamos a publicar un resumen, realizado por el analista Eamonn Sheridan, de un extenso artículo sobre la situación económica en China, y que podría provocar fuertes descensos en las bolsas mundiales en el corto/medio plazo. Un escenario preocupante que los mercados están obviando...por ahora:
- La economía de China está en dificultades a pesar del fin de las políticas de cero COVID, con un crecimiento lento del PIB y una confianza del consumidor debilitada.
- El problema principal es el exceso de capacidad estructural en muchos sectores, resultado de décadas de priorizar la producción industrial sobre el consumo.
- Este exceso de capacidad está causando problemas a nivel interno (riesgos de deflación, problemas de deuda) e internacional (tensiones comerciales debido a la inundación de los mercados con bienes baratos).
- El exceso de capacidad se debe a la estrategia económica de China, que incentiva a los gobiernos locales a realizar fuertes inversiones en sectores prioritarios, lo que a menudo conduce a inversiones duplicadas y deuda.
- Entre los ejemplos de sobrecapacidad se incluyen los paneles solares, la robótica industrial y la inteligencia artificial, ámbitos en los que China ha creado una capacidad de producción masiva sin una demanda ni una innovación correspondientes.
- Beijing está redoblando esta estrategia para lograr la autosuficiencia tecnológica, lo que potencialmente empeorará el problema.
- Los países occidentales, en particular Estados Unidos, están respondiendo con aranceles y sus propias políticas industriales, pero este enfoque tiene riesgos.
- El artículo sugiere que, en lugar de aislar a China, Occidente debería mantenerla involucrada en el sistema comercial global y utilizar instituciones multilaterales para negociar cambios.
- Propone que Estados Unidos esté abierto a negociaciones amplias con China, abordando múltiples cuestiones simultáneamente, en lugar de adoptar un enfoque compartimentado.
- El artículo advierte que empujar a China hacia el aislamiento económico podría ser contraproducente y potencialmente desestabilizador para las relaciones globales.