Pérdida de 'momentum' en las bolsas

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Capitalbolsa | 16 dic, 2024

La ligera corrección de las Bolsas europeas y americanas en la segunda semana de diciembre, que no ha sido tan ligera en el caso de algunos índices como nuestro Ibex, ha venido a enfriar un poco la euforia de los inversores tras la victoria de Trump en las elecciones del 4 de noviembre.

Una euforia que inicialmente se concentró en las Bolsas americanas, pero que se había empezado a extender también, como comentábamos la semana pasada, a las plazas europeas.

Más suben Ibex 35
Grifols-A 9,66€ 0,30 3,23%
Unicaja Banco 1,33€ 0,03 2,15%
IAG 3,57€ 0,05 1,39%
Caixabank 5,24€ 0,04 0,85%
Ferrovial SE 40,92€ 0,30 0,74%
Más bajan Ibex 35
Cellnex 31,91€ -0,41 -1,27%
ACS 47,62€ -0,52 -1,08%
Solaria Energí... 8,44€ -0,08 -0,94%
Indra-A 17,07€ -0,15 -0,87%
Acciona 112,40€ -0,90 -0,79%

Las caídas semanales han sido moderadas en general (Eurostoxx -2%, S&P -0,6%, Cac -0,2%) e incluso algunos índices europeos y el Nikkei japonés han subido (Dax +0,1%, Mib italiano +0,4%, Nikkei 1%), pero las pérdidas han sido mayores en el caso del Dow Jones, que se ha dejado un 1,8% en la semana, del Russell 2000 que ha caído un 2,6% y de nuestro Ibex, también con una caída semanal del 2,6%, caída debida en parte, pero no solo, al fuerte castigo del 10% semanal experimentado por Inditex tras presentar sus resultados trimestrales.

Esa pérdida de “momentum” y ese ligero enfriamiento de los “espíritus animales” desatados por la victoria de Trump, no han llegado, como decíamos, a algunas tecnológicas, y ello ha permitido al Nasdaq Composite superar el pasado miércoles, por primera vez en su historia, los 20.000 puntos, y subir un 0,3% en la semana. Los valores más alcistas han sido Alphabet (+8,44% en la semana), que el pasado miércoles se disparó al alza tras presentar un nuevo chip, el Willow, para computación cuántica, y la compañía de semiconductores Broadcom, que el viernes subía casi un 25% tras presentar resultados, integrándose en el selecto club de compañías cuyo valor bursátil supera el billón de dólares. Tesla también ha contribuido al alza semanal del Nasdaq, al volver a subir otro 12% en la semana, acumulando ya un alza de casi el 80% desde que Trump ganó las elecciones con el apoyo muy explícito y visible de Elon Musk. Salvo por ese apoyo, es difícil justificar el multiplicador de más de 120 veces beneficios al que cotiza Tesla.

Aunque alguna otra de las otras grandes tecnológicas también ha logrado cerrar con subidas semanales (Apple +2%, Microsoft +0,8%) la realidad es que es difícil encontrar casos de grandes tecnológicas que hayan subido la semana pasada. Nvidia, el buque insignia de la subida bursátil de este 2024, ha caído más del 2% en las últimas cinco sesiones y cotiza a 134 dólares, por debajo de sus máximos históricos de 152,9 dólares del pasado 21 de noviembre. Meta y Amazon cayeron más del 1% y Netflix el 1,7%. Es decir, en cierto modo, el enfriamiento ha llegado también a las tecnológicas, con algunas excepciones como Tesla, Alphabet o Broadcom.

Hay que situar ese “enfriamiento” de las Bolsas en el contexto de las dos grandes noticias “macro” de la semana. Por un lado, las bajadas de tipos por varios Bancos Centrales y, por otro lado, la situación débil de China y la nueva ronda de incentivos monetarios y fiscales anunciados por el Politburó ante esa persistente situación.

En primer lugar, las bajadas de tipos. El Banco Nacional de Suiza (SNB), el Banco de Canadá, y el Banco Central Europeo, han bajado tipos la semana pasada; el SNB y el Banco de Canadá, medio punto porcentual, y el BCE, un cuarto de punto. La lectura es que se confirma el ciclo de bajada de tipos, a pesar del ligero repunte de la inflación tanto en Estados Unidos como en Europa, y que esa bajada de tipos tiene más que ver con los temores sobre el crecimiento que con la inflación. Esto es más evidente en la zona euro, que da síntomas de encaminarse hacia la temida “estanflación”. Christine Lagarde destacó en su discurso posterior a la decisión del jueves su preocupación por el crecimiento en la zona, y vino a dejar claro algo que una vez situada la inflación por debajo del 3%, al BCE no le importa demasiado que el objetivo del 2% de inflación no se cumpla en 2025. El mensaje principal que podríamos extraer del discurso del jueves es que el BCE ve el tipo de interés neutral en el 2%, incluso si la inflación estuviese en el 3%, reviviendo así una cierta “represión financiera”.

La preocupación de la presidenta del BCE con el crecimiento conecta de lleno con el segundo de los temas “macro” que ha dominado la semana pasada, la situación de China. El IPC de noviembre, que se publicó el pasado lunes, sigue mostrando presiones deflacionistas, y el martes conocimos los malos datos de exportaciones y de importaciones en noviembre. Sobre todo, de las importaciones, que tuvieron su mayor caída desde noviembre de 2023, quedando muy por debajo de las estimaciones, lo que da una señal muy clara de la debilidad y la deriva deflacionista de su economía. Esa deriva parece inquietar al Politburó y tal vez por eso se apresuró el pasado jueves a anunciar nuevas medidas fiscales expansivas y una mayor relajación monetaria. Algunos analistas opinan que estamos ante una vuelta a las políticas monetarias ultraexpansivas posteriores a la quiebra de Lehman.

Pero tal vez lo que hay que recordar es que esa política monetaria ultraexpansiva, acompañada además de políticas fiscales expansivas, es difícil de implementar hoy, precisamente porque ya no tenemos a China inundando al mundo de bienes baratos y de dinero barato gracias a su excedente comercial. La balanza comercial de noviembre en China muestra de forma muy gráfica como las condiciones de fondo han cambiado, y eso condiciona de forma sustancial las políticas monetarias.

Estos son algunos de los problemas que deberá gestionar la nueva administración Trump, y no son realmente fáciles de gestionar; si bien Trump contará para resolverlos con algunas ventajas, como es la enorme confianza que Estados Unidos, su moneda y su economía generan en el resto del mundo, y como es estar rodeado de las mentes más brillantes del mundo, incluidos Peter Thiel, Elon Musk y algunos otros innovadores de Silicon Valley que han demostrado sobradamente su capacidad para cambiar el mundo.

Esta semana el plato fuerte es la reunión de la Fed el miércoles y hay, además, datos relevantes como las ventas minoristas de noviembre en EE. UU. y en China, el deflactor de consumo personal (PCE deflator) de noviembre en Estados Unidos, que es el verdadero indicador de inflación seguido por la Fed, el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan o la tercera y definitiva lectura del PIB americano del tercer trimestre.

Salvo excepciones como la del 2018, el fin de año suele ser tranquilo en las Bolsas, y no hay motivos para pensar que en esta ocasión vaya a ser diferente. Más aún cuando el mundo está inundado de liquidez, como lo demuestra el hecho de que los niveles de trading intradiario en las Bolsas americanas en noviembre hayan batido récords, llegando a niveles que no se veían desde el episodio de los ‘meme stocks’ de principios de 2021. Un paralelismo, dicho sea de paso, muy revelador.

Otra cosa será el 2025, un año en el que, como dice el Informe de Estrategia de Renta 4 que se presentó la semana pasada, hay muchas “piezas móviles”. Una de esas piezas a mover es, en nuestra opinión, la imposibilidad de continuar con el falso círculo virtuoso de “más gasto público, más crecimiento económico, más liquidez creada por la deuda pública a corto y más subida de las Bolsas”. Ese falso círculo virtuoso que, en realidad, puede convertirse en un bucle perverso, poco a poco se va convirtiendo en una especie de nudo “gordiano”, que esperemos que en esta ocasión se pueda desatar de forma ordenada, sin tener que cortarlo de forma abrupta y traumática, como hiciera Alejandro Magno con el nudo original hace más de dos milenios.

Fuente: Juan Carlos Ureta, presidente ejecutivo de Renta 4 Banco.

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