Entre la euforia del mercado y el riesgo de distribución
Javier Molina, analista senior de mercados de eToro
Mientras que los principales índices mundiales siguen en una tendencia alcista impecable, la contundente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que ha traído promesas de desregulación, recortes fiscales y una retórica que impulsa la confianza empresarial, no ha hecho más que añadir nuevos estímulos para seguir incrementando el riesgo en bolsa en un entorno de euforia generalizado.
Basta ver como el flujo de capital está inundando activos especulativos como los criptoactivos, opciones de vencimiento a corto plazo y acciones de alto riesgo. Del lado cripto, los 1.100 millones de USD en entradas semanales en fondos, suponen la mayor de los últimos dos meses y colocan el total en 13.500 millones captados. La capitalización de estos activos supera los 3,4 billones de USD, por encima de sus máximos históricos en 0,5 billones.
Esta ola de dinero también está respaldada por el regreso de los “animal spirits” al mercado, un término que describe el entusiasmo irracional que a menudo impulsa el crecimiento desproporcionado de activos. Los principales índices bursátiles en Estados Unidos han registrado su mejor mes del año, reflejando una combinación de optimismo político y expectativas de políticas favorables al mercado. Si miramos a diciembre y desde un punto de vista histórico, desde 1928 el 76% de los meses han sido positivos, situación que hace mantener en máximos la euforia actual.
Para 2025, las previsiones de nombres como JPMorgan y BofA están cargadas de números ambiciosos y estrategias detalladas, dando un objetivo de precios para el SP500 en los 6,500 puntos según uno y los 6,666 según otro. Sin embargo, lo que realmente importa no son las cifras exactas, sino las tendencias que señalan. Hablan de dispersión entre sectores, de un posible ciclo alcista impulsado por políticas fiscales expansivas, y del regreso de Donald Trump como un factor que puede traer tanto un boom como el fantasma de la estanflación.
Sin embargo y pese a que las ganancias recientes son notables, también son motivo de precaución. Los inversores experimentados saben que estas dinámicas pueden desencadenar una distribución masiva, un fenómeno en el que los participantes más grandes comienzan a vender mientras el entusiasmo minorista sigue impulsando los precios. La llegada de minoristas es obvia, tanto en bolsa vía lo observado en la negociación de opciones especulativas, como en cripto vía el despegue de las llamadas “Altcoins” que están viviendo un momento dulce.