Comentarios de preapertura: "Debilidad en el mercado de trabajo, fatiga del consumidor y ecos de la inflación pasada"

Ariel Bezalel y Harry Richards, gestores del fondo Jupiter Dynamic Bond de Jupiter AM

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Capitalbolsa | 06 ago, 2024

Estados Unidos ha exhibido un fuerte crecimiento económico en los dos últimos años. Creemos que una desaceleración podría estar justificada en este momento y se perciben signos de debilidad en los dos pilares del ciclo pospandémico: el mercado laboral y el consumo.

En concreto, los datos de la encuesta de población activa (que calcula la tasa de desempleo) muestran un crecimiento negativo de nuevos empleados desde principios de año y un ritmo mucho menor de creación de empleo desde 2021.

El mercado laboral estadounidense parece hoy mucho menos tenso que hace dos años. Ello debería contribuir asimismo a una mayor normalización del crecimiento salarial. De hecho, con una productividad que fluctúa entre el 1,5% y el 2%, a nuestro juicio las tasas actuales de crecimiento salarial favorecen el objetivo del 2% de la Reserva Federal.

Una segunda cuestión primordial sigue siendo la fatiga del consumidor estadounidense. Los consumidores y su incesante gasto han actuado como motores de la recuperación pospandémica, pero en el último año venimos señalando la disminución del exceso de ahorro acumulado durante la pandemia y el deterioro de la salud financiera de los consumidores.

El aumento de las tasas de morosidad de los créditos al consumo es un claro síntoma de fatiga y el reciente índice general de comercio minorista se ha mantenido prácticamente estancado en términos nominales. Además, las grandes cadenas de distribución se han mostrado mucho menos optimistas en las recientes presentaciones de resultados, lo que se refleja en la reciente debilidad de los datos de ventas minoristas.

Además de lo anterior, tras un repunte de la inflación en el primer trimestre, constatamos que la tendencia a la desinflación sigue vigente en las cifras estadounidenses del segundo trimestre (especialmente en mayo y junio). La fuerte estacionalidad de la inflación intermensual y la escasa fiabilidad de los ajustes estacionales han complicado sobremanera valorar el avance real hacia el objetivo del 2%.

Sin embargo, si regresamos a parámetros más básicos y nos fijamos únicamente en las cifras intermensuales sin ajuste estacional del índice de precios al consumo subyacente de Estados Unidos, cabe reseñar que desde octubre de 2022 la inflación mensual se ha situado por debajo de la cifra registrada un año antes en 19 de los 21 meses.

No resulta sorprendente, ya que la mayoría de los motores habituales de la inflación han brillado por su ausencia. En los dos últimos años: 1) El crecimiento de la oferta monetaria ha sido inexistente en los principales mercados desarrollados; 2) Los precios de las materias primas (índice Bloomberg Commodity Spot) han bajado un -15% hasta junio; 3) Los precios de los alimentos (índice de precios de los alimentos de la FAO de las Naciones Unidas) han bajado un -23%, también hasta junio; 4) Las tensiones de la cadena de suministro han disminuido.

Las perspectivas de atonía del mercado laboral también eliminan una posible espiral de salarios y precios. Lo que queda son los últimos ecos de la inflación pasada, procedentes de partidas como la vivienda o los seguros de automóvil, que posiblemente desciendan (la caída de la vivienda en el IPC de junio fue mayúscula).

En un entorno así, pensamos que en los próximos años podría haber margen para que los bancos centrales desarrollados recorten los tipos más de lo que actualmente descuenta el mercado.

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