Luces y sombras de la compra del Popular
Juan Ramón Rallo
Actualizado : 13:07
Adiós al Banco Popular. Tras varios meses de incertidumbres, ayer finalmente saltó la liebre: el Banco Santander se quedará con la madrileña a cambio de un euro.
Al poco de desvelarse los detalles de la operación, buena parte de la izquierda política se rasgó las vestiduras indignada: ¿cómo es posible que alguien pueda comprar un banco como el Popular por apenas un euro? El bajo precio parecía indicar una especie de contubernio político-económico a favor del Banco Santander. En realidad, el precio que se está pagando puede que no peque de bajo, sino acaso de alto.
¿Qué ha sucedido con el Popular?
El Banco Popular ha sido desde hace años una de los eslabones más débiles del sistema financiero español. Su exposición tóxica al ladrillo ascendía en 2012 —última auditoría detallada disponible— a unas pérdidas potenciales de más de 13.000 millones de euros.
El problema con los agujeros financieros de los bancos es que son susceptibles de mantenerse ocultos durante mucho tiempo en sus balances: los créditos morosos pueden refinanciarse sine die para no reconocer su más que probable impago; y los activos adjudicados (inmuebles, promociones o suelo) pueden valorarse a precios irreales para no asumir las minusvalías latentes.
Esto último es lo que había estado haciendo el Popular: evitar que sus pérdidas afloraran para no reconocer su auténtica situación de debilidad. Pero, al final, la basura termina aflorando. Siempre... Leer Más