Analicemos dos posibles escenarios macro y su impacto en los mercados financieros
Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, y Chris Iggo, CIO Core Investment Managers
Actualizado : 09:41
Escenario 1
En el primero, “las perspectivas del consenso no apuntan a una profunda recesión en Estados Unidos. De hecho, si se toman al pie de la letra, las previsiones del PIB se parecen más al legendario aterrizaje suave, en el que el crecimiento se sitúa por debajo de la tendencia, lo que permite que surja la suficiente capacidad excedentaria para que la inflación vuelva a bajar.
Este consenso sobre el crecimiento va acompañado de unas perspectivas igualmente favorables para los beneficios. La previsión actual de consenso para el S&P500 es que en 2024 se registre una tasa de crecimiento de los beneficios por acción del 11%, frente a un resultado plano para 2023”.
En este escenario, “la renta variable seguiría superando a la renta fija impulsada por ese renovado crecimiento de los beneficios en 2024. Sin embargo, con la economía casi a plena capacidad, habría poco margen para una reducción agresiva de los tipos de interés que impulsara los rendimientos de la renta fija. La inflación seguiría siendo una preocupación para los bancos centrales. Podría ser necesaria una mayor prima por plazo en las curvas de rendimiento para reflejar una mayor incertidumbre sobre los futuros niveles de los tipos de interés y una reevaluación de los tipos de interés de equilibrio”. Por su parte, los expertos señalan que “el principal atractivo de la renta fija en tal escenario vendría dado por los ingresos procedentes de unos niveles de rendimiento que podrían no desviarse demasiado de los actuales. Cualquier exigencia de mantener la política monetaria en el lado más estricto de la neutralidad limitaría la medida en que los tipos libres de riesgo a largo plazo podrían bajar y la medida en que los diferenciales de crédito se estrecharían significativamente desde los niveles actuales que están cerca de los promedios a largo plazo. Los bonos serían una fuente de ingresos y una fuente de diversificación de la exposición a la renta variable”.
Escenario 2
En el segundo de los escenarios, “la economía reaccionaría como siempre lo ha hecho ante un shock inflacionista y un endurecimiento monetario: con una recesión”.
En este caso, los expertos comentan que “los beneficios empresariales se verían presionados por la reducción de los ingresos al disminuir el crecimiento del PIB, y a las empresas les resultaría más difícil mantener los márgenes de beneficio. Para el mercado de renta variable, las valoraciones actuales no ofrecen ningún valor en un escenario en el que el crecimiento de los beneficios vuelva a ser negativo. La caída de los precios de las acciones generaría una reacción negativa en la economía real a través de la reducción del gasto en inversión y de la confianza de los consumidores. La Reserva Federal se apresuraría a recortar los tipos de interés, lo que permitiría que los rendimientos de los bonos disminuyeran y generaran rendimientos totales muy superiores a los que sugieren los niveles de rendimiento actuales. El resultado, en los EE.UU., tendría que ser un aumento considerable de las primas de riesgo, suficiente para atraer a los inversores de nuevo a las acciones en previsión de una eventual recuperación económica y empresarial”.