¿Y si el secreto para ser más feliz fuera simplemente envejecer?

Suena absurdo, pero a mis 63 años puedo decir que las últimas décadas han sido una historia de dos medianas vidas: una muy oscura, entre los 30 y los 40, y otra verdaderamente espléndida... que comienza cuando cumplí los 50.

¿La razón número uno? Mi inteligencia emocional aumentó. Y, como descubrí mientras escribía mi libro, “ Aprendiendo a amar la mediana edad: 12 razones por las que la vida mejora con la edad ”, una alta inteligencia emocional es un ingrediente crucial para aumentar la felicidad y la resiliencia .

Por qué una mayor inteligencia emocional aumenta la felicidad

La inteligencia emocional , que es la capacidad de comprender y controlar nuestras emociones, además de ser sensible a los sentimientos de los demás, nutre nuestras relaciones y potencia nuestra empatía.

Esto puede conducir a conexiones sociales más fuertes. Y a medida que envejecemos, nuestros vínculos sociales se vuelven aún más vitales para nuestro bienestar . Con una mayor inteligencia emocional, también estará mejor equipado para captar y empatizar con las emociones de los demás, fomentando relaciones más profundas y satisfactorias.

Así es como ha crecido mi inteligencia emocional desde que soy mayor:

1. Siento más compasión por los demás.

A medida que envejezco, me he ablandado... y no sólo alrededor de mi vientre. Experimento menos ego y más alma. Siento más profundamente las circunstancias de la vida de los demás.

Afortunadamente, también puedo dirigir parte de esa mayor compasión hacia mí mismo.

2. Soy menos reactivo emocionalmente y más fluido emocionalmente

Cuando era más joven tenía una especie de vértigo emocional; Mis emociones constantemente me hacían sentir desequilibrado e incómodo. No sabía bailar con ellos. De hecho, a menudo intentaba dejar atrás mis emociones.

Hoy en día, no me preocupo por las cosas pequeñas. Puedo reevaluar positivamente experiencias negativas, como quedarme atrapado en el tráfico en un Uber (interpretación: gran oportunidad para meditar).

Al mismo tiempo, mi capacidad mejorada para reconocer mis patrones, hábitos y tendencias me permite observarme a mí mismo de manera más efectiva.

3. No me tomo las cosas tan personalmente

Don Miguel Ruiz, autor de “ Los cuatro acuerdos ”, dice: “Cuando no te tomas nada personalmente, obtienes una enorme libertad”.

Esta habilidad es particularmente valiosa en nuestra era polarizada de “cancelación de la cultura”.

4. Entiendo mejor cómo crear mis hábitats ideales

Los científicos sociales llaman a esto “dominio ambiental”, o la capacidad de determinar en qué entornos uno prosperará, y la capacidad de ajustarse y adaptarse a los cambios en esos hábitats.

Esto también explica por qué, en el lugar de trabajo, se ha descubierto que las personas mayores en un equipo crean más “seguridad psicológica” en los equipos: porque su dominio ambiental, combinado con su compasión, les ayuda a crear las condiciones adecuadas para el florecimiento del equipo.

5. Valoro más las relaciones

Se ha dicho que las dos preguntas que la gente hace en su lecho de muerte son: ”¿Amé bien y fui bien amado?”

El estudio longitudinal de Harvard sobre el desarrollo de adultos y la investigación de las Zonas Azules muestran de manera concluyente que las relaciones que cultivamos en nuestras vidas pueden en realidad aumentar nuestra esperanza de vida.

Por supuesto, siempre hay valores atípicos: Prueba A: su siempre gruñón tío de 75 años. Pero él es una excepción, no la regla.

Chip Conley es el autor de ” Aprendiendo a amar la mediana edad: 12 razones por las que la vida mejora con la edad”. ″ Después de revolucionar la industria hotelera dos veces, primero como fundador de Joie de Vivre Hospitality y luego como Jefe de Estrategia y Hospitalidad Global de Airbnb, Conley fundó MEA (Modern Elder Academy) en enero de 2018.

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