“Vuelven los buenos tiempos para los bonos, a medida que la Fed se ha embarcado en una senda de recortes”
Vikram Aggarwal (Jupiter AM)
Invertir en deuda pública global ha sido todo un reto para los inversores, ya que el panorama de la renta fija ha experimentado un profundo cambio durante los últimos años, lo que ha ofrecido a los inversores tanto oportunidades sin precedentes como mayores riesgos.
Ahora que la Reserva Federal está en un ciclo de recorte de tipos, esta clase de activos ha resurgido como una oportunidad de inversión potencialmente atractiva para los inversores activos.
Entender la deuda pública global
La deuda pública global son títulos de deuda emitidos por gobiernos de todo el mundo. Estos bonos representan un préstamo que realiza un inversor a un gobierno, con la promesa de devolución del principal junto con pagos periódicos de intereses. En general, se considera que se encuentran entre las inversiones más seguras, ya que los gobiernos tienen menos probabilidades de dejar de pagar sus deudas en comparación con las empresas. Por supuesto, el nivel de riesgo y el potencial de rentabilidad varían mucho de un país a otro. Así, la deuda pública de los mercados desarrollados, como EE. UU., el Reino Unido y Europa, ofrece rendimientos más bajos, pero menos posibilidades de impago en comparación con países emergentes como México, Argentina y Brasil. Creemos que existe un hueco para una estrategia de deuda pública más activa y sin restricciones en este entorno en el que las correlaciones no son tan constantes ni negativas frente a otras clases de activos.
Vuelven los buenos tiempos para los bonos
El panorama de la inversión en renta fija ha cambiado radicalmente en los últimos años, lo que ha brindado a los inversores oportunidades y retos únicos. A medida que la Reserva Federal se ha embarcado en una senda de recortes de los tipos de interés, ha resurgido el atractivo de la deuda pública global. Esta clase de activos, a menudo pasada por alto en favor de la renta variable, ofrece una combinación de generación de rentas, diversificación y revalorización potencial del capital.
Los bonos de estados han sufrido recientemente, ya que la era de los tipos de interés ultrabajos hizo que los inversores buscaran rentabilidad en otros lugares. En los últimos años, con la subida de los tipos de interés y el endurecimiento de la política monetaria, hemos entrado en un nuevo entorno para esta clase de activos, definido por una elevada volatilidad y una dispersión de las rentabilidades entre los emisores públicos de todo el mundo. Esta es una situación que esperamos que se mantenga y que, por tanto, podría convertir a la deuda pública global en una buena alternativa para los inversores activos que intentan batir al índice. Creemos que habrá más ciclos económicos desincronizados, ya que los países se encuentran en puntos diferentes de la matriz de crecimiento e inflación y los distintos bancos centrales toman medidas diferentes. Por ejemplo, el banco central brasileño ha recortado los tipos mucho antes que los mercados desarrollados y acaba de subirlos. Esto significa que hay más oportunidades para conseguir rentabilidades específicas capturando el «alfa» de cada país y posibilidades para que los gestores activos batan al mercado.
Tras una década de tipos de interés ultrabajos, los rendimientos de la deuda pública han vuelto a niveles relativamente atractivos. Por ejemplo, el gráfico siguiente muestra cómo los rendimientos (según el Bloomberg Government Bond Index) han vuelto al cuartil superior tras caer de forma considerable durante los últimos 10 años. Por supuesto, es importante recordar que los rendimientos cotizados no son una guía o garantía del nivel de rentabilidad, pero sí ponen de relieve cómo la clase de activos ha vuelto a gozar del favor de los inversores.