Imposible normalización
Jesús Sánchez-Quiñones, director general de Renta 4 Banco
Cuando una medida extraordinaria y excepcional permanece en vigor durante un largo periodo de tiempo, acaba considerándose algo normal y ordinario, perdiendo su calificación inicial de extraordinaria. Un ejemplo es el Impuesto extraordinario sobre el Patrimonio. Creado en 1977 con carácter excepcional y transitorio, perdió su carácter de extraordinario en 1991.
Su vigencia dura hasta hoy. Con las políticas monetarias de tipos mínimos y liquidez abundante ocurre algo similar. Después de tanto tiempo en vigor pierden su carácter extraordinario y excepcional.
Como dijo Vitor Constançio tras dejar la vicepresidencia del BCE, ahora los bancos centrales fijan no sólo los tipos de interés de referencia de corto plazo, sino también los de largo plazo a través de su intervención directa e indirecta en los mercados de bonos. Es evidente que los actuales tipos de interés de los bonos soberanos y privados están distorsionados por la actuación de los bancos centrales.
A pesar de los mensajes de una futura gradual normalización de la política monetaria del BCE, y del resto de bancos centrales, existen verdaderas dudas de que realmente se pueda producir sin causar un severo daño en la economía y los mercados financieros. A la mínima tentativa de reducir la liquidez o del anuncio de una próxima subida de tipos de interés, la economía se resiente y los mercados financieros también, obligando a los bancos centrales a recular y posponer las medidas de normalización monetaria previstas.
Ha bastado un trimestre de malos datos económicos en la Eurozona para que el BCE pospusiera su primera subida de tipos hasta por lo menos 2020, anunciando nuevas medidas de "barra libre de liquidez" para la banca. Adicionalmente, el mero planteamiento de una posible modificación de la forma de aplicar los tipos negativos sobre el exceso de reservas depositadas por los bancos en el BCE, es un claro mensaje de que se espera que sigan siendo negativos durante un largo periodo. De no ser así, ni siquiera se plantearía dicha modificación. No se establece un nuevo sistema, con la complejidad que conlleva, para aplicarlo sólo durante unos cuantos meses. (Leer más)