Fuerte competencia del mercado de bonos
Ben Laidler, estratega de mercados globales en multiactivos eToro
Las expectativas de inflación han ido en aumento, al igual que el tamaño y la duración previstos del ciclo de tipos de interés de la Reserva Federal. Esto ha disparado los rendimientos de los bonos estadounidenses a corto y largo plazo, con consecuencias generalmente negativas para los inversores.
Los rendimientos del 5% a corto plazo son una bendición para los ahorradores, pero un obstáculo cada vez mayor para poseer más activos de riesgo, mientras que un rendimiento del 4% de los bonos a diez años pone un techo a las valoraciones más caras de las acciones. La mejor noticia es que lo peor de esta revalorización puede estar llegando a su fin, lo que supone un alivio para las acciones. Los rendimientos a corto plazo reflejan una nueva perspectiva de subida de 50 puntos básicos, mientras que una relación cobre/oro en declive y unos rendimientos reales a largo plazo por encima de la media dan tranquilidad a los bonos a 10 años.
CORTO: El rendimiento de las letras del Tesoro estadounidense a corto plazo ha alcanzado el 5%, frente al cero de hace sólo 18 meses, en lo que supone su mayor subida en cuatro décadas. Esta rentabilidad casi libre de riesgo es una gran competencia para los 18 billones de dólares de depósitos bancarios estadounidenses que ganan una media del 0,2%, pero también supone un triple desafío para los activos de riesgo estadounidenses.
1) Es un gran obstáculo de rentabilidad ajustada al riesgo para cualquiera que considere los activos de riesgo, desde la renta variable a la renta fija.
2) Acaba con el "carry trade", que consiste en financiar inversiones de mayor rentabilidad con fondos estadounidenses prestados.
3) Aumento de los costes de cobertura, ligados a los tipos de interés estadounidenses a corto plazo, para los inversores globales que miran a Estados Unidos.
LARGO: Los rendimientos de los bonos estadounidenses a 10 años vuelven a acercarse al 4%, acercándose de nuevo al máximo del 4,2% alcanzado en octubre. Esto pone un techo a muchas valoraciones bursátiles, con mayor impacto en los mercados (EE.UU.) y segmentos (tecnología) más caros. Las valoraciones son el valor actual de los flujos de caja futuros, y el tipo de descuento utilizado es el rendimiento a 10 años. Pero puede que hayamos visto lo peor. La relación cobre/oro se está estabilizando, no subiendo. La rentabilidad real a 10 años, ajustada a la inflación, se sitúa en el 1,5%, por encima de la media de los últimos 20 años. El otro mensaje es el elevado riesgo de recesión, con la mayor inversión de la curva de rendimientos de la última generación.