El cobre comienza a sentir el calor del verano a medida que se acerca agosto

Sin embargo, la expectación se calmó rápidamente cuando el precio cayó bruscamente hacia finales de mayo y eso llevó a otra caída del 5% en junio. El ligero repunte de principios de este mes se ha visto frustrado y el cobre ha vuelto a caer casi un 5% en los últimos cuatro días.

Un aspecto clave a tener en cuenta en la caída de esta semana es que el precio está cayendo por debajo de la media móvil de 100 días (línea roja) por primera vez desde febrero. Eso supone un duro golpe para el impulso de compra y libera espacio para una caída más pronunciada. Ahora, el mínimo de junio en 4,31 dólares será el objetivo antes de volver al soporte de los niveles de Fibonacci anteriores.

En esencia, los factores que impulsaron el alza de los precios del cobre este año no han cambiado demasiado. El impulso a la transición ecológica y las preocupaciones por el suministro fueron razones clave que impulsaron el cobre.

Pero, al mismo tiempo, el cobre tiende a correlacionarse con la salud de la economía mundial, y las perspectivas para esta última han sido difíciles, especialmente con la importante desaceleración en China desde el año pasado. Para ponerlo en contexto, China compra aproximadamente entre el 40% y el 50% del cobre recién extraído cada año, por lo que es una fuente importante de demanda.

Desde una perspectiva estructural, creo que el cobre todavía tiene algunos factores subyacentes alcistas a su favor, pero es posible que tenga que esperar hasta después del verano para que eso se refleje en el precio. Eso, junto con los factores técnicos, brindan algún factor de apoyo para que los compradores vuelvan a entrar.

Si nos fijamos en el patrón estacional, agosto ha sido el peor mes para el cobre en los últimos 20 años, por lo que esa es una razón para mantenerse alerta al menos durante las próximas semanas.