¿Qué valores se benefician del aumento de los fenómenos meteorológicos extremos?
CALOR: Las temperaturas se han disparado a medida que el cambio climático se ve impulsado por un creciente fenómeno de El Niño. La estacionalidad meteorológica ha sido durante mucho tiempo un factor determinante para algunos valores, como las reservas de viajes o los suministros para piscinas en verano, y las estaciones de esquí, la sal para carreteras y las chaquetas de abrigo en invierno.
Lo más nuevo es el aumento constante y la regularidad de los fenómenos meteorológicos extremos, lo que supone un impulso estructural para los temas relacionados con las energías renovables, como la solar y la eólica, pero también para los valores estacionales que se benefician de los extremos meteorológicos. Esto incluye el gas natural, la calefacción, la ventilación y el aire acondicionado, los generadores, la mejora del hogar y la reparación de automóviles. Nuestra cesta de 18 valores relacionados se ha comportado significativamente mejor, liderada por la energía solar, mientras que los perdedores percibidos a corto plazo, como la agricultura y los seguros, se benefician de precios más altos a largo plazo.
CESTA: Hemos elaborado una cesta ponderada simple de cinco segmentos de valores que se consideran beneficiados por el calor o el frío extremos. Como el gas natural para refrigeración y calefacción (EQT, AR, LNG), el aire acondicionado y la calefacción (CARR, JCI, UWSO), los generadores de emergencia (GNRC, CAT, CMI), las mejoras para el hogar (HD, LOW, FND), las reparaciones de automóviles (ORLY, AAP, AZO) y la demanda de energías renovables como la solar (FSLR, SEDG, RUN). La energía solar lideró el gran rendimiento superior de la cesta desde el mínimo de la pandemia (véase el gráfico). Esto ha continuado a medida que las perturbaciones meteorológicas de este año han ido adquiriendo protagonismo.
IMPACTO: El mundo va camino de batir nuevos récords de temperatura este año. La mitad de las catástrofes meteorológicas más costosas se han producido en los últimos cinco años, y el número de fenómenos de gran impacto no deja de aumentar. Las consecuencias son múltiples, desde la dificultad de trabajar al aire libre y los costes sanitarios hasta la disminución de los volúmenes bursátiles para los oficinistas. También vemos presiones sobre las redes eléctricas y la disponibilidad de energía hidroeléctrica y nuclear, trastornos en los viajes y el turismo, e impactos en el suministro, desde el cacao hasta el zumo de naranja, con sus inevitables precios más altos.
