Qué cambia en 2025
El nuevo año se presenta con nuevos retos, algunas incertidumbres y algunas certezas. El principal cambio, con múltiples efectos, será la política desarrollada por la nueva administración Trump tras su toma de posesión como 47º de Estados Unidos el próximo 20 de enero. Algunos de los principales factores a seguir son los siguientes:
- Rebaja de impuestos. Trump ha anunciado la prórroga de la rebaja de impuestos de 2017 que vence a finales de 2025. Adicionalmente, ha anunciado la rebaja del impuesto de sociedades a las empresas que fabriquen en Estados Unidos. Ambas medidas suponen menores ingresos fiscales. En cualquier caso, estas medidas tendrán efectos en el presupuesto federal de 2026. Trump pretende compensar dichos menores ingresos con más aranceles, que deberían entrar en vigor como tarde en 2026.
- Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) dirigido por Elon Musk. Su objetivo de reducir el gasto público en 2 billones de dólares para 2029 es un reto que habrá que seguir de cerca. Algunas de las medidas de recortes de gastos se pretenden implementar de forma inmediata. De tener éxito, sería una verdadera revolución que, tarde o temprano, tendría que ser imitada por Europa, aunque hoy parezca una quimera.
- Política comercial con México y Canadá. Aunque Trump ya ha amenazado con aranceles a México, Canadá y la UE, es altamente probable que sea una táctica negociadora desde una posición de fuerza. De hecho, los aranceles a sus vecinos están condicionados al control de la inmigración y de entrada de fentanilo en Estados Unidos. De momento, la nueva presidenta de México ha parado una caravana de inmigrantes que se dirigía a la frontera.
- Aranceles a la UE. Apenas cuatro días después de la elección de Trump, Ursula Von der Leyen ya mencionó la posibilidad de comprar más gas de Estados Unidos en detrimento del gas ruso. Parece que esta será una de las armas negociadoras para mitigar el incremento de aranceles.
- Obligación de un mayor gasto en defensa. Adicionalmente, Trump ha anunciado aranceles a los miembros de la OTAN que no incrementen su gasto en defensa hasta el 5% del PIB. Aunque el aumento del gasto en defensa por parte de los países europeos de la OTAN parece inevitable, hoy en día dicho nivel de gasto es inalcanzable. De nuevo, parece una táctica negociadora, pero tensionará los presupuestos europeos y el resto de partidas de las cuentas públicas.
- Guerra comercial con China. Los aranceles del 60% a los productos chinos llevarán a represalias por parte de China, como ya está sucediendo con la limitación de exportación con minerales y tierras raras claves para la industria militar. Previsiblemente, como ocurrió en 2018, se llevarán a cabo negociaciones entre ambos países que reducirían el alcance de la guerra comercial. En 2020, ambos países llegaron a un acuerdo por el que China se comprometía a adquirir bienes estadounidenses por valor de 200.000 millones de dólares en dos años. Debido a la pandemia, dichas compras no se produjeron. Primero habrá aranceles, luego negociación.
- Fin de la guerra en Ucrania. De producirse, tal y como ha adelantado Trump en distintas ocasiones, será crucial en qué medida se levantan las sanciones a Rusia, especialmente la exclusión del sistema SWIFT de transferencias internacionales y la devolución de sus reservas congeladas en euros y dólares. Dichas medidas ayudarían a mitigar la incipiente desdolarización del comercio entre los países del Sur Global (los países no occidentales).
- Posición de dureza frente a Irán. Son previsibles nuevas sanciones a Irán y un apoyo incondicional a Israel, incluso ante ataques preventivos a Irán para evitar que logre la bomba atómica.
- Rebaja del precio de la energía. Una de las bazas de Trump es reducir el precio de la energía en Estados Unidos, mediante la desregulación del sector energético con la concesión mucho más ágil de licencias de exploración o de centrales nucleares, incluidas las SMR (Small Modular Reactors). Estados Unidos seguirá teniendo un precio de la energía sensiblemente inferior al de Europa.
- Política frente a Venezuela. Estados Unidos ha reconocido a Edmundo Rodríguez como presidente electo de Venezuela. La toma de posesión del nuevo presidente venezolano será el 10 de enero, antes de la toma de posesión de Trump. Dado el peso de Venezuela por sus reservas de petróleo, no es descartable movimientos de EE. UU. respecto a Venezuela.
- Evolución de la inflación. A pesar de la fuerte reducción de la inflación en los últimos dos años, las políticas anticipadas por Trump son inflacionistas. Adicionalmente, primar el gasto en defensa sobre la producción industrial también es inflacionista. De la evolución de la inflación dependerá la política monetaria de los bancos centrales.
Otros factores a seguir en 2025 más allá de la actuación de la administración Trump:
- Las elecciones en Alemania. A pesar del pronosticado triunfo de la CDU y su negativa inicial a pactar con AfD (Alternativa para Alemania), no está claro que los resultados electorales permitan una gran coalición de gobierno CDU-SPD. La posibilidad de inestabilidad política en Alemania más allá del 23 de febrero es una realidad. Su impacto se dejaría notar sobre toda la UE. En caso de un eventual acuerdo CDU-SPD y de aumentar el límite constitucional de déficit público permitido, el tipo de interés del bund alemán se resentiría, afectando al resto de bonos soberanos europeos.
- Inestabilidad política en Francia. Francia se ha convertido en el eslabón débil de la Eurozona. Con un déficit público por encima del 6% del PIB y una deuda pública del 110%, está inmersa en un expediente de déficit excesivo que le lleva a reducir su déficit público o enfrentarse a sanciones. La debilidad parlamentaria de su recién nombrado gobierno le dificulta sobremanera llevar a cabo las reformas necesarias para equilibrar las cuentas públicas. Dicho lo anterior, es casi una certeza que durante 2025 viviremos algún episodio de tensión en los mercados de bonos franceses. La duda es cuánto se extenderá al resto de bonos periféricos.
- Los Bancos Centrales seguirán actuando en caso de emergencia. Aunque de momento los balances de los bancos centrales sigan reduciéndose, volverán a actuar si surgen problemas en los mercados de deuda, tal y como han hecho en el pasado.
El año solo acaba de empezar. Seguro que nos deparará sorpresas, más allá de los puntos comentados, que impactarán en la economía y en los mercados financieros. Feliz año jubilar 2025 A.D.
Escrito por Jesús Sánchez-Quiñones, Consejero-Director General de Renta 4 Banco, en El Economista.