Medidas de choque y bandas de valoración a medio plazo
Juan Carlos Ureta Domingo, presidente ejecutivo Renta 4 Banco
Poco podíamos imaginar la semana pasada, cuando decíamos en nuestro comentario que las Bolsas habían entrado en una fase de "corrección lógica" pero que esa corrección podía "derivar hacia un auténtico desplome bursátil, que en algún momento puede llegar a ser totalmente irracional y alejado de los fundamentales de valor de las compañías" que realmente ese momento iba a llegar de forma tan violenta como lo ha hecho estos últimos días.
Por si era poco una sola sesión de pánico, la semana pasada hemos visto dos, la del lunes y la del jueves. El desplome del lunes vino provocado por la fortísima caída del petróleo durante la noche en los mercados asiáticos, cuando los futuros del crudo llegaron a caer más de un 30%, rompiendo a la baja en algunos momentos los 30 dólares los futuros del crudo ligero americano (WTI). Detrás de esa caída estaba, al parecer, la decisión de Arabia Saudí de hacer daño a Rusia, por haberse negado a recortar la producción en la reunión de la OPEP del viernes 6. Pero, sea o no así, lo cierto es que el hundimiento del petróleo fue interpretado por los inversores como el anuncio claro de una fuerte recesión global.
Las Bolsas no encontraron descanso ni el martes ni el miércoles, pero cuando realmente vino lo peor fue el jueves, una sesión que pasará a la historia de las jornadas más negras de la historia bursátil, la más negra en el caso de nuestro Ibex y la peor en Wall Street desde el lunes negro de octubre de 1987. El motivo, esta vez, fue la constatación de que la epidemia del coronavirus es ya una pandemia, que está provocando una auténtica parálisis de la economía global para intentar frenar la expansión del virus, y la constatación asimismo de que los Bancos Centrales, a diferencia de 2009, tienen esta vez un potencial de respuesta muy limitado frente a la crisis.