Imaginemos el peor de los escenarios posibles...¿y después qué?
Carlos Montero
"Trabaja para lo mejor, pero prepárate para lo peor", era uno de los consejos de mi padre, muy dado a darmelos siempre que tenía ocasión. Bien, pues ese consejo me vino ayer a la cabeza al leer una reflexión de una joven y brillante analista, Blair Duquesnay, respecto a lo está pasando en el mundo con el coronavirus. Duquesnay afirma en su escrito:
"Con toda la pesadumbre y tristeza, imaginemos el peor de los escenarios". Y el "peor escenario que se le ocurre" es aquel en el que el 1-2% de la población mudnial muera a causa del virus Covid-19. Serían más de 150 millones de personas. Toda persona del planeta probablemente conocería a alguien muerto por esta enfermdad. Ahora parece un escenario con muy pocas probabilidades de darse. Pero hagamos un esfuerzo e imaginémoslo.
¿Y después? Como todas las enfermedades anteriores, las cosas llegarán a su fin.
Los restantes 7,4 mil millones de personas en la tierra seguirán viviendo. Necesitaremos comida, ropa y refugio. Algunos incluso pueden decidir comprar el nuevo iPhone. Continuaremos yendo a trabajar, conduciendo nuestros autos y enviando a nuestros hijos a la escuela. Tarde o temprano, las vacaciones canceladas serán reprogramadas. Los bienes y servicios proporcionados por las acciones de las compañías que poseemos tendrán demanda.