Francia: una bomba de relojería

Juan Ramón Rallo

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 28 abr, 2017 13:47
cblepen27

Mélenchon no pasó el corte y Le Pen quedó en segundo lugar e incluso por debajo de lo que pronosticaban la mayoría de encuestas. Dos resultados que, al menos de momento, han despejado los peores temores que se cernían sobre Francia y, también, sobre Europa: a la postre, salvo sorpresa extrema, parece claro que Macron terminará alcanzando la presidencia de la V República, alejando así durante cinco años a los extremismos liberticidas del Palacio del Elíseo.

A este respecto, recordemos que tanto la extrema izquierda de Mélenchon como la extrema derecha de Le Pen promovían, explícita o implícitamente, una ruptura de la Unión Europea y del euro. El desastre en ambos casos habría sido mayúsculo: no porque la Unión Europa sea una institución que debamos respetar a toda costa —el Brexit, según cómo se ejecute, puede terminar siendo una magnífica oportunidad para Gran Bretaña— sino porque las razones que aducían tanto la extrema izquierda como la extrema derecha para acabar con las instituciones comunitarias eran absolutamente liberticidas y pauperizadoras.

En concreto, Mélenchon y Le Pen aspiraban a finiquitar la libertad de movimientos de capitales, mercancías y también (en el caso de Le Pen) de personas entre los diferentes países europeos, así como a multiplicar la deuda pública, el gasto estatal y las regulaciones empresariales: es decir, su proyecto no pasaba por oponerse a la Unión Europea para ampliar las libertades civiles y económicas de los europeos, sino para conculcarlas con mayor saña.

Por eso, los mercados financieros se han tomado la victoria de Macron con ilusión: no porque Macron vaya a suponer un cambio a mejor para la V República —el político socialdemócrata es puro establishment y apenas se ha dedicado a vender humo durante la campaña— sino porque Mélenchon y Le Pen no tendrán de momento la oportunidad de empeorarla todavía más... Leer Más

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