Esto es lo que enmascara el optimismo en el mercado: aumento del paro y caída de los beneficios corporativos
Craig Burelle, estratega global macro y crédito de Loomis Sayles (Natixis IM)
En los próximos seis meses, prevemos un aumento de las tasas de desempleo en la mayoría de los países. Creemos que la consiguiente pérdida de consumo debida a la pérdida de empleo catalizaría una desaceleración. En esta coyuntura, creemos que se avecina una ligera desaceleración.
Sin embargo, no sabemos hasta qué punto será restrictiva la política monetaria ni cuánto tiempo podrían durar estas condiciones financieras restrictivas. El buen comportamiento de los activos en lo que va de año sugiere un aterrizaje suave. En nuestra opinión, el optimismo del mercado puede estar ocultando lo que podría estar por venir: el endurecimiento de la política monetaria ya está ralentizando la actividad económica, con un aumento de los tipos de interés para consumidores y empresas. Prevemos una mayor debilidad en el futuro, a medida que se materialice todo el impacto de la política restrictiva.
Caída de los beneficios empresariales
Los márgenes de beneficio de las empresas deberían seguir bajo presión ahora que el poder de fijación de precios parece desvanecerse. Un aspecto positivo, en nuestra opinión, es la menor inflación de los precios al consumo. Un aspecto negativo es el descenso de la rentabilidad. Y prevemos que tanto la industria manufacturera como la de servicios experimenten una importante ralentización de la demanda en los próximos trimestres. Es probable que los beneficios empresariales mundiales (medidos por el índice MSCI ACWI) sigan cayendo hasta finales de año. La caída ha sido superficial en los últimos trimestres, pero creemos que se acentuará a lo largo del segundo semestre de 2023. En nuestra opinión, los beneficios del MSCI All Country World Index deberían registrar un descenso total de casi el 5,0% en 2023. Creemos que el buen comportamiento de los mercados de renta variable en los últimos seis meses refleja unas perspectivas muy optimistas en un entorno macroeconómico que consideramos muy difícil para las empresas. El rendimiento general del mercado de renta variable ha empezado a ampliarse recientemente para incluir empresas de pequeña capitalización y sectores menos defensivos. Sin embargo, somos reacios a adoptar plenamente la tendencia en esta fase avanzada del ciclo crediticio. Nuestra postura respecto a la renta variable es similar a la de los mercados de crédito: permanecer invertidos y estar preparados para aprovechar las posibles dislocaciones del mercado respecto al valor razonable cuando vuelva la volatilidad.
Política monetaria
Las expectativas del mercado de recortes de tipos de los bancos centrales pueden resultar excesivamente optimistas. Es probable que la inflación siga siendo un reto global para los responsables políticos durante al menos los próximos seis meses. Creemos que los banqueros centrales seguirán decididos a restablecer la estabilidad de precios y cumplir sus objetivos. Algunos profesionales del mercado han sugerido que los bancos centrales podrían ajustar los objetivos de inflación ligeramente al alza para adaptarse a este nuevo entorno macroeconómico. No compartimos esta opinión. Aunque nuestras expectativas para la fase descendente del ciclo no son excesivamente bajistas, vemos riesgos en esta visión. Los balances de los bancos centrales y de las economías desarrolladas no parecen estar en condiciones de estimular al azar. Si la inflación se mantiene muy por encima del objetivo, podríamos ver una política monetaria restrictiva durante un periodo prolongado, quizá hasta 2024. Creemos que los bancos centrales pueden tolerar un cierto nivel de aumento del desempleo si es necesario para volver a controlar la inflación y alcanzar el objetivo.
Aumento del desempleo y debilidad económica
A medida que la demanda agregada se ralentiza y los márgenes siguen reduciéndose, es probable que aumenten las pérdidas de empleo. Creemos que la tasa de desempleo de EE.UU. se dirigirá hacia el 4,0% a finales de año y, con toda probabilidad, será más alta en 2024. Prevemos que se produzca una dinámica similar en Europa, donde algunos países, como Alemania, ya se encuentran en la fase descendente del ciclo crediticio. La pérdida de puestos de trabajo suele afectar al consumo de bienes y servicios, que es un motor clave del crecimiento de las economías avanzadas. Otro factor adverso para el crecimiento económico es la disminución de los gastos de capital de las empresas, que prevemos mientras la demanda esté sometida a presiones generales. Prevemos que la caída del PIB real de EE.UU. entre el máximo y el mínimo se sitúe en torno al 0,75%. Esta cifra sería bastante moderada en comparación con la caída media del 2,5% registrada en las recesiones desde la Segunda Guerra Mundial.