Efectos de segunda ronda

Juan Carlos Ureta Domingo, presidente ejecutivo Renta 4 Banco

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 05 oct, 2020 19:45
gurus680

A pesar de la remontada de los últimos días, septiembre ha terminado con un tono inversor bastante más cauteloso del que había al inicio del mes. De la complacencia cercana incluso a la euforia que habían generado las declaraciones de Jerome Powell en Jackson Hole el 27 de agosto, prometiendo barra libre monetaria sin límite llegue o no la inflación, se ha ido pasando, a lo largo del mes, a una comprensión más realista de los efectos que la pandemia puede tener sobre la economía, incluso si el escenario de dinero gratis se prolonga "sine die".

Sin perder del todo el tono positivo, que ha permitido a las Bolsas americanas y a algún índice europeo como el Dax cerrar el segundo trimestre consecutivo de ganancias, lo cierto es que el entusiasmo y el apetito por el riesgo por parte de los inversores se ha ido moderando poco a poco, evolucionando progresivamente hacia una posición más analítica. Esa pérdida de entusiasmo incluye también a las grandes empresas tecnológicas, que siguen en niveles muy altos, pero ya no protagonizan subidas continuas en cada sesión, como lo hacían en el mes de agosto. Por el contrario, el Nasdaq ha sido el índice americano que peor se ha comportado en septiembre, con una caída del 5,16%, superior a la caída mensual del 3,9% del S&P o a la del 2,3% del Dow Jones. Valores hasta hace poco "intocables" como Apple, Amazon, Google o Facebook han sufrido caídas en septiembre superiores al 10%.

Si analizamos lo sucedido desde mayo, lo más relevante es el claro compromiso de la Fed y los restantes Bancos Centrales para inyectar dinero sin límite y para mantener los tipos de interés a cero por un larguísimo tiempo. Ese compromiso lo verbalizó hasta extremos increíbles Jerome Powell en su intervención en Jackson Hole el jueves 27 de agosto, acabando de convencer a los inversores de que habrá "tipos cero para siempre". Esto cambia todos los esquemas tradicionales de valoración y por eso es enormemente llamativo que una semana después de las declaraciones de Powell, el 3 de septiembre las Bolsas iniciasen, sin motivo aparente, una corrección, y más llamativo aún que esa corrección la liderasen, precisamente, las tecnológicas, que eran las compañías hacia las que se había dirigido en masa el dinero a partir de abril.

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