Amenazas contraproducentes

Jesús Sánchez-Quiñones, director general de Renta 4 Banco

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 14 may, 2021 19:11
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Hoy en día se realizan millones de transferencias de dinero de un lado a otro del mundo teniendo la total confianza del buen término de la transacción. Si algo funciona desde hace décadas ni siquiera nos preguntamos qué sistema hay detrás del mismo y quién lo controla.

El sistema que soporta la inmensa mayoría de las transacciones bancarias internacionales es proporcionado por una compañía denominada SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication). Aunque su sede está en Bélgica, se define como una entidad independiente de cualquier gobierno. Más de 11.000 bancos de más de 215 países y territorios distintos están adheridas a SWIFT.

Desde su creación en los años 70, ha facilitado de forma creciente las transacciones bancarias internacionales, sin que nadie se planteara que pudiera hacerse un uso geopolítico de SWIFT amenazando con la exclusión del mismo a los bancos de un país concreto. Utilizar la amenaza de expulsión del uso del sistema SWIFT supondría utilizar el sistema como arma de política internacional y de presión ante terceros países sobre temas que nada tienen que ver con las transacciones financieras. Su propia definición como "entidad global neutral cooperativa" parecía evitar dicha utilización.

Excluir a todas las entidades financieras de un país de SWIFT, implica en la práctica que dicho país no pueda pagar ni cobrar internacionalmente y que las tarjetas de crédito emitidas en dicho país no funcionan en el extranjero. El país en cuestión no podrá realizar ninguna transacción financiera internacional, al menos en las principales divisas internacionales.

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