“Regalos navideños casi asegurados en forma de bajadas de tipos del BCE y la Fed”

Pedro del Pozo (Mutualidad)

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 11 dic, 2024 16:00
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Los máximos protagonistas del mercado en 2024 han sido los bancos centrales. Sus decisiones acerca de bajadas de tipos y sus escenarios macroeconómicos, han constituido la base de muchas decisiones de inversión durante el presente ejercicio. Esto parece que empieza a cambiar.

Como decíamos, la victoria de Donald Trump resucita la política fiscal como eje conductor del ámbito financiero, frente a la política monetaria. El programa electoral republicano contempla una fuerte rebaja impositiva (no tanto de gasto) y un incremento notable de aranceles. Ya veremos hasta qué punto pueden implementarse estas medidas. Ninguna de ellas es inocua y aunque el margen de actuación del nuevo presidente será muy alto, con el control de las dos cámaras por su partido, un crecimiento desbordado del -ya de por sí elevado- déficit y una fuerte restricción al comercio no son asuntos en absoluto inocuos para la economía estadounidense. Como mínimo, pueden producir un retorno de las presiones inflacionistas. En alto grado, las curvas de deuda americanas parecen descontar este extremo, los últimos días.

No obstante, la Reserva Federal ha dejado muy clara en numerosas ocasiones su independencia frente al poder político, Trump incluido. Y la FED bebe de la inercia que hemos comentado. En ese sentido, es muy probable que, en la próxima reunión de diciembre, Jerome Powell anuncie una nueva bajada de tipos de interés, casi con toda seguridad de 25 puntos básicos. A partir de ahí, ya veremos. Porque la siguiente cita monetaria será el 29 de enero, ya con Trump una semana en el cargo. Y una semana con Trump, pude ser mucho tiempo para adelantar acontecimientos…

En Europa, seamos sinceros, hablar de una política fiscal común es un sueño aún no cumplido. La política monetaria es el Bálsamo de Fierabrás de los males económicos del Viejo Continente, lo que deja no solo importantes lagunas que rellenar sino, especialmente, notables desequilibrios entre países. En estos días leemos acerca de lo difícil que es consensuar presupuestos en Francia o en España. En Alemania, el nuevo plan de gasto quedaría supeditado a la inestabilidad parlamentaria actual, con el país al borde de unas nuevas elecciones. En resumen, parece que le va a tocar al BCE, una vez más, apagar los fuegos de unas economías -particularmente las centroeuropeas- que crecen a modo de ralentí. Vamos, que en la reunión del día 12 de diciembre veremos bajadas de tipos, con toda seguridad. La duda está en si el mal momento de actividad, unida al optimismo expresado por algunos miembros del organismo monetario, entre ellos Luis de Guindos, en el sentido de que los precios muestran claros signos de estar embridados, llevan a nuestro Banco Central a bajar 50 en lugar de 25 puntos básicos los tipos de referencia. Es posible que se opte por la determinación, en claro gesto hacia la nueva ola que viene de EE.UU. O, tal vez se preste voz a los halcones, como Isabel Schnabel, que hace apenas unos días sugirió que no hay margen para muchas bajadas adicionales.

En todo caso, regalos navideños casi asegurados en forma de bajadas de tipos para este mes de diciembre. A partir de ahí, reseteamos. No obstante, asumiendo un escenario razonable de consenso a medio plazo, es muy posible que veamos avanzar la dicotomía Europa-EE.UU. en materia de crecimiento y, por tanto, también monetaria. Y, en ese sentido, apostar por la renta fija europea, ahora, particularmente los plazos cortos y cortos-medios parece la opción con más visibilidad para el inversor. Aunque, muy posiblemente, los frutos de esta inversión tal vez tarden algo más y con más volatilidad en llegar de lo que podríamos haber supuesto un mes antes de las elecciones americanas.

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