La resiliencia de los Países Nórdicos esquiva el riesgo de recesión

Como consecuencia, algunos economistas han rebajado sus perspectivas de crecimiento para 2023 y 2024. El riesgo derivado de la subida de los tipos de interés está especialmente relacionado con la proporción relativamente alta de hipotecas a interés variable en la región nórdica, lo que hace temer a los mercados que los bancos centrales puedan estar subestimando la sensibilidad de sus economías a los tipos de interés. Sin embargo, los países nórdicos se han mantenido hasta ahora muy resistentes y, a pesar de los temores a una desaceleración significativa, aún no hemos visto un gran impacto en el gasto de los consumidores. El empleo sigue siendo elevado y los países se apoyan en unas buenas finanzas públicas.

La posible ralentización de estos países está interconectada hasta cierto punto, debido a que comparten dinámicas económicas regionales, tienen un perfil similar de hipotecas flotantes y las tendencias económicas mundiales les afectan de forma similar. Sin embargo, existen diferencias entre ellos debido a la mayor dependencia de Noruega y Finlandia de las materias primas (petróleo, metales, pasta y papel), en relación con Suecia, por ejemplo, que depende más del desarrollo económico de Alemania y China.

Una recuperación económica a corto plazo es posible, pero incierta y desigual entre las distintas regiones y sectores. El principal factor que puede influir en la recuperación es la inflación y los tipos de interés. Si la inflación sigue bajando y los bancos centrales pueden reducir los tipos de interés, esto podría impulsar el crecimiento y los salarios reales, al tiempo que se reduce el riesgo del mercado inmobiliario. Una vuelta a un crecimiento más fuerte en Alemania y China también apoyaría a la región.