La quinta economía mundial, amenazada
Valentin Vigier, analista de ISR de La Financière de l'Échiquier (LFDE)

Cada día, el equivalente a 500 contenedores de residuos plásticos se vierten en el Mediterráneo, a cuyas orillas se celebrará este verano la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano.
Esta cumbre organizada en Niza y Mónaco girará en torno al desarrollo de una economía azul sostenible y la preservación de la biodiversidad marina. Estos retos colectivos los está abordando la gestión de activos, que selecciona y brinda su apoyo a empresas que desarrollan soluciones innovadoras, principalmente en el ámbito de la protección de la biodiversidad marina.
Amenazas para el océano
El Mediterráneo no es un caso aislado. A escala planetaria, los plásticos representan el 85 % de total de los residuos que acaban en el mar. La cantidad de residuos plásticos dispersados en las aguas se cifra en cerca de 200 millones de toneladas, lo que podría formar un séptimo continente. La degradación de esta contaminación en microplásticos hace que sea omnipresente y sus consecuencias también afectan a nuestra salud. Según un estudio del WWF, ingerimos casi 5 gramos de plástico a la semana, el equivalente a una tarjeta bancaria2.
Soluciones en origen
La respuesta a este desafío pasa necesariamente por un acuerdo que coordine las acciones a escala planetaria. Las empresas y las entidades financieras, entre ellas LFDE y LBP AM, se han sumado a coaliciones como Business Call for a UN Treaty on Plastic Pollution con el fin de instar a los gobiernos a aprobar un tratado mundial contra la contaminación por plásticos. La sexta ronda internacional de negociaciones se celebrará en agosto en Ginebra.
En nuestra condición de inversores de impacto, estamos convencidos del papel clave de las empresas en el desarrollo de soluciones para preservar nuestros ecosistemas. Nos centramos en apoyar a empresas que se posicionan en los primeros eslabones de la cadena y suministran soluciones que permiten prevenir una gestión inadecuada de los desechos. Una de estas soluciones consiste en actuar sobre la composición de los envases para hacerlos biodegradables, así como en el reciclaje. El grupo suizo SIG, que diseña soluciones sostenibles para envases alimentarios (casi 57.000 millones de envases producidos en 2024), es actualmente el único actor del mundo que puede sustituir la lámina de aluminio de sus envases, facilitando así su reciclaje. Este procedimiento reduce la presión de los residuos sobre la biodiversidad, sobre todo la marina. Otro pionero, Tomra Systems, diseña y explota sistemas de recuperación y reciclaje de envases. La economía circular se encuentra en el centro del modelo de negocio de esta empresa noruega, que ofrece soluciones para la recogida, clasificación y reciclaje de residuos y minerales o para la industria agroalimentaria. He aquí un buen número de acciones que contribuyen a preservar la biodiversidad reduciendo la contaminación marina.
La quinta economía mundial
Aunque las soluciones existen, la financiación debe aumentar exponencialmente. El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14 Vida submarina, dedicado a la protección de los ecosistemas marinos, es actualmente el que menos financiación recibe de los 17 ODS de la ONU. Algunos de sus objetivos, sobre todo los del apartado 14.1, que trata de prevenir y reducir la contaminación marina, constituyen retos que han sido asumidos por las gestoras de activos y las empresas que desarrollan soluciones de tratamiento de aguas, sobre todo residuales, o de gestión de las aguas de lastre, para contener las especies invasoras. La OCDE cifra el valor económico de los océanos en 3 billones de dólares de aquí a 2030, lo que los convierte en la quinta economía mundial. Su preservación y el desarrollo de la economía azul sostenible es una apuesta por el futuro con múltiples facetas.