"La política monetaria sigue siendo un eje central en Europa, funcionando casi como un 'bálsamo de Fierabrás'"
Pedro del Pozo (Mutualidad)
El sentimiento de los mercados varía entre regiones, aunque en general mantiene un tono positivo tanto en Europa como en Estados Unidos.
En el caso de Estados Unidos, los mercados anticipan los efectos del nuevo programa económico de Donald Trump, centrado en una mayor expansión fiscal, reducciones impositivas y un gasto público que no se prevé recortar de forma significativa. Estas medidas impulsan las expectativas de mayor actividad económica, lo que respalda el comportamiento favorable de la renta variable en el país.
En Europa, las bolsas también muestran avances, influenciadas parcialmente por la atracción que genera el mercado norteamericano. Sin embargo, un elemento clave en este optimismo son las previsiones de bajadas de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, medidas que podrían confirmarse en la reunión de este jueves y extenderse en los meses sucesivos. Estas expectativas no solo han sostenido la renta variable, sino que han favorecido la mejora en la cotización de la renta fija, especialmente en el contexto europeo.
Las recientes declaraciones del presidente de la Fed de EE. UU., Jerome Powell, han sido un catalizador adicional para los mercados. Sus palabras describiendo la economía estadounidense como "en buena forma" actuaron como un impulso para la renta variable, que alcanzó máximos históricos. Aunque Powell no contradijo las expectativas de futuros recortes de tipos, parece que la política monetaria en Estados Unidos podría estar perdiendo protagonismo frente a la política fiscal, particularmente en este contexto de mayor expansión económica.
En Europa, sin embargo, la política monetaria sigue siendo un eje central, funcionando casi como un "bálsamo de Fierabrás" que intenta paliar los problemas fiscales y de integración. Sin embargo, los desafíos son notables, como evidencian los datos del PMI manufacturero, que han sido "realmente malos" y anticipan un deterioro aún mayor.
Un punto relevante lo aportaron las declaraciones del jefe del Bundesbank, Joachim Nagel, quien pidió una relajación de las normas fiscales en Alemania. Estas palabras, viniendo de un representante alemán, tienen especial importancia, ya que Alemania, con una posición fiscal sólida, puede permitirse políticas de expansión fiscal. Este enfoque incluye un aumento del gasto en infraestructuras y defensa, algo especialmente pertinente dada la situación actual derivada de la guerra en Ucrania. Para Pedro del Pozo, estas propuestas van en la buena dirección y refuerzan el papel de Alemania como locomotora económica de Europa.
En cuanto a Francia, la situación de sus bonos a 10 años resulta significativa. Actualmente, están cotizando con una prima frente a los bonos españoles, algo "no único, pero casi", lo que refleja un contexto financiero que puede generar oportunidades de compra en Europa. Esta situación es interesante, ya que, aunque muchas casas de análisis están sobreponderando los activos estadounidenses frente a los europeos, estos últimos también pueden ofrecer valor en momentos específicos.
En conclusión, mientras Estados Unidos parece liderar con un enfoque de mayor dinamismo económico, Europa enfrenta retos importantes, aunque con señales puntuales que podrían marcar cambios positivos. Las propuestas de expansión fiscal en Alemania y el comportamiento atípico de ciertos activos europeos, como los bonos franceses, destacan como elementos clave a seguir en los próximos meses.