Europa se encamina hacia una recesión ante la caída del consumo estadounidense, advierte un estratega.
Europa se encamina hacia una recesión a medida que el consumidor estadounidense se debilita, advirtió un estratega, aconsejando a los inversores cambiar a acciones defensivas.
Mathieu Savary, estratega jefe europeo de BCA, afirma que los inversores deberían centrarse en los indicadores prospectivos en lugar de en las medidas actuales que muestran que la economía sigue expandiéndose.
Y dice que hay una lista cada vez mayor de preocupaciones. Comienza con el índice manufacturero ISM, que sí mejoró en el nivel general el mes pasado, pero donde la relación entre nuevos pedidos y existencias cayó. "La industria manufacturera estadounidense refleja la dinámica del crecimiento global. Históricamente, la debilidad en la relación entre nuevos pedidos y existencias predice problemas para Europa", dice.
Los datos del mercado laboral estadounidense se están deteriorando, dice, citando el empeoramiento de las ofertas de empleo y la creciente tasa de vacantes, mientras que la actividad de la construcción estadounidense también está en rojo.
Los pedidos combinados de bienes de capital de Estados Unidos, la zona del euro y Japón se están contrayendo al ritmo más rápido desde los confinamientos por la pandemia, y la desinversión de la curva de rendimiento es la verdadera señal de recesión de lo que era una curva de rendimiento invertida.
Las fluctuaciones del índice de volatilidad también son preocupantes, ya que aumentan las probabilidades de que los diferenciales corporativos vuelvan a subir, algo que ya advierte el aumento del diferencial Caa/Ba. La elevada volatilidad también impide que se implementen operaciones de carry trade, que son vehículos cruciales para asignar liquidez a activos procrecimiento, añade. El debilitamiento de las materias primas también es incompatible con el fortalecimiento de la actividad global.
Mientras tanto, en Europa hay pocas esperanzas a nivel interno, tras el repunte del sector servicios tras los Juegos Olímpicos en Francia. Las tendencias de empleo están empeorando, las ventas minoristas se están desacelerando y las perspectivas de confianza del consumidor están decayendo.
Con esa perspectiva, la firma aconseja bonos soberanos en lugar de acciones, para comprar acciones de salud y vender industriales, vender euros frente al dólar estadounidense y el franco suizo y favorecer las acciones suizas en las carteras europeas.