El PIB creció un 0,8% en el cuarto trimestre pese a la incertidumbre catalana, según el BdE

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Capitalbolsa | 27 dic, 2017 10:46

La tasa de crecimiento intertrimestral del PIB de España durante el período octubre‑diciembre habría mantenido un ritmo similar al del tercer trimestre del año, situándose en el 0,8 %, según el Banco de España. Dicha estabilidad del ritmo de crecimiento del producto de la economía sería consecuencia de dos fuerzas que operan en sentidos opuestos.

En concreto, el fortalecimiento de los mercados de exportación habría contrarrestado los efectos adversos derivados del aumento de la incertidumbre relacionado con la situación política en Cataluña, que, de acuerdo con la información disponible —relativamente escasa— se habrían concentrado especialmente en esa comunidad autónoma.

Desde el punto de vista de los componentes de demanda, el impacto negativo de la incertidumbre se habría manifestado sobre todo en los componentes del gasto privado interno y en las exportaciones turísticas. Por otro lado, desde la vertiente de la oferta, los indicadores, tanto cualitativos como cuantitativos, referidos a la industria manufacturera han mostrado una trayectoria más favorable que los relativos a los servicios, lo que resulta coherente con un mejor comportamiento del componente externo de la demanda frente al interno. En concreto, tanto el consumo privado como la inversión en bienes de equipo habrían reducido sus ritmos de avance en los últimos meses del año, mientras que, por el contrario, la información de alta frecuencia disponible apunta a un posible fortalecimiento de la inversión en construcción. Los datos referidos al comercio de bienes apuntan a que la contribución de la demanda exterior neta al crecimiento del PIB habría sido positiva. En todo caso, es preciso tener en cuenta que la información disponible referida al trimestre todavía es relativamente reducida, lo que, en particular, dificulta una valoración precisa del impacto del aumento de la incertidumbre.

El ritmo de variación interanual de los precios de consumo se situó en noviembre en el 1,7 %, tasa solo ligeramente superior a la observada, en promedio, desde los meses de verano. Los cambios han sido más acusados en términos de los componentes. En concreto, como ha ocurrido en el conjunto del área del euro, las rúbricas más volátiles han tendido a acelerarse, desarrollo estrechamente vinculado, en el caso de los precios energéticos, al alza del precio del petróleo. Por el contrario, la moderación de los precios de los bienes industriales no energéticos y de los servicios ha hecho que el IPSEBENE se desacelere de modo significativo, desde el 1,4 % en junio hasta el 0,8 % en noviembre. Por consiguiente, como en otras áreas geográficas, siguen sin apreciarse señales de que el creciente aumento de la utilización de los factores productivos esté dando lugar a un aumento de las presiones inflacionistas.

A medio plazo, se espera una continuación de la fase expansiva, favorecida por los sustanciales avances observados en el proceso de reconducción de los desequilibrios de la economía. No obstante, se prevé que el crecimiento del producto pierda cierta intensidad en los próximos años, lo que, entre otros factores, vendría motivado por la orientación neutral de la política fiscal —frente al tono expansivo mostrado en los últimos años— y por el moderado impacto adicional de la relajación de la política monetaria sobre las condiciones de financiación de los agentes. En concreto, de acuerdo con las proyecciones más recientes, que se corresponden con la contribución del Banco de España al ejercicio de proyecciones del Eurosistema antes mencionado, el PIB crecería un 2,4 % en 2018 y un 2,1 % tanto en 2019 como en 2020, mientras que el componente subyacente de la inflación tendería a repuntar gradualmente hasta el 1,8 % en 2020.

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