"No debemos perder de vista los riesgos de tomar decisiones prematuras sobre la bajada de los tipos de interés"
Aunque “la caída de la inflación es un alivio para la economía, no debemos perder de vista los riesgos que podrían surgir en el futuro si se toman decisiones prematuras sobre la bajada de los tipos de interés”, explica Javier Molina, analista senior de mercados para eToro.
“Una reducción de esos tipos, en la búsqueda de evitar recesión, aunque estimularía el consumo y la inversión al abaratar el crédito, podría generar presiones inflacionarias no deseadas, especialmente en sectores como el de los servicios, que ya está viendo un repunte debido al turismo”, señala.
Los datos adelantados hoy sobre inflación en España, apuntan a una desaceleración en septiembre de 2024, tanto en términos generales como subyacentes. Esta evolución se debe principalmente a la bajada de los precios de la energía y de algunos componentes de la cesta de la compra, como los alimentos.
El indicador adelantado del IPC sitúa su variación anual en el 1,5% en septiembre, ocho décimas por debajo de la registrada en agosto.
La tasa anual del indicador adelantado de la inflación subyacente disminuye tres décimas, hasta el 2,4%.
La variación anual del indicador adelantado del IPCA es del 1,7%.
Esta reciente caída de la inflación es un alivio para la economía, pero no debemos perder de vista los riesgos que podrían surgir en el futuro si se toman decisiones prematuras sobre la bajada de los tipos de interés. Una reducción de esos tipos, en la búsqueda de evitar recesión, aunque estimularía el consumo y la inversión al abaratar el crédito, podría generar presiones inflacionarias no deseadas, especialmente en sectores como el de los servicios, que ya está viendo un repunte debido al turismo.
Si a este escenario se le suma una posible subida en el precio del petróleo, las presiones inflacionarias podrían intensificarse, afectando el coste de la energía y el transporte, lo que impactaría directamente en los precios al consumidor. Además, las tensiones geopolíticas en regiones clave para el suministro de crudo podrían agravar la situación, generando incertidumbre y volatilidad en los mercados.