“Los repuntes de la inflación por el conflicto en Oriente Próximo pueden incrementar el tiempo para normalizar tipos”

Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 10 oct, 2024 09:38 - Actualizado: 09:35
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Que vivimos un momento histórico complicado es una obviedad que basta certificar con un vistazo somero a cualquier telediario o periódico de información general.

La concatenación de grandes cambios de impacto estratégico mundial -los nuevos bloques internacionales, el cambio climático, la inteligencia artificial, el aumento de la longevidad, etc.- con fenómenos de impacto mucho más táctico -la enésima crisis en Oriente Medio, las elecciones estadounidenses de noviembre- confieren un caldo de cultivo a los mercados que incrementan la palabra clave que más detesta cualquier inversor: la incertidumbre.

Vaya por delante que la tendencia de fondo o, mejor dicho, la estructura que sustenta al mercado tiene más que ver con las grandes variables macro de cada momento que con la coyuntura política. En este ejercicio son tres variables: los tipos de interés, la inflación (con protagonismo a la baja, dada su tendencia positiva) y el crecimiento (con protagonismo al alza, dada la disparidad en los datos que se están publicando al respecto).

No obstante, la actualidad manda y los mercados, como es natural, andan muy pendientes, como hemos comentado, de las repercusiones financieras del estado actual y previsible del conflicto en Gaza, Líbano y, muy importante, en la posible extensión irano-israelí del mismo, así como de la cita electoral norteamericana. En buena medida, se trata de temas que también tienen su conexión, en la parte alta: no es lo mismo el apoyo esperable por EE.UU. a Israel en caso de victoria de Kamala Harris (apoyo, incluso físico en la cuestión iraní, pero con contención en el marco global de la zona) o de Donald Trump (apoyo incondicional, aunque probablemente sin envolver unidades militares estadounidenses – el aislacionismo, dejar hacer- en la cuestión con Irán).

Desde el punto de vista económico, yendo por partes, el impacto más inmediato del aumento de la tensión en Oriente Medio tiene dos consecuencias directas: la subida de precio del crudo y un notable incremento de la aversión al riesgo. En el primero de estos casos, hablamos de repuntes de inflación, algo que, como decíamos más arriba, parece controlado…pero puede incrementar el tiempo necesario para normalizar tipos, o incluso descontrolarse, si hablamos de un conflicto a gran escala entre Irán e Israel. Sí es cierto que la historia nos dice que los incrementos en los precios de las materias primas en general y del petróleo en particular tienden a diluirse al cabo de unos pocos meses, raramente más de medio año.

En el segundo caso, el incremento de la aversión al riesgo, los efectos más inmediatos son la subida del precio del oro (el activo refugio por excelencia) y la bajada de rentabilidades de la deuda pública junto con la caída de las bolsas, es decir, el clásico movimiento de vuelo hacia la calidad. Todo eso lo estamos viendo estos días, aunque con matices.

El segundo bloque geopolítico de la actual coyuntura son las elecciones estadounidenses. Ojo, porque queda menos de un mes y la lucha parece extraordinariamente reñida. Como decíamos por lo que toca a la visión de Oriente Medio, no es lo mismo que gane la candidata demócrata que el aspirante republicano. Pero tampoco es lo mismo, de cara a los mercados. Es de suponer que la contención (relativa) del gasto y el control del déficit sean más bandera de Harris que de Trump. Esto pone a la deuda americana como activo más preferible, para comprar hoy, en caso de victoria demócrata. Por lo que toca a la bolsa, la diferencia sectorial entre las compañías que lo harían mejor o peor en caso de victoria de cada uno de los candidatos también es notable: Con Harris, energías alternativas y consumo básico. Con Trump, petróleo y financieras. Aparte de eso, la experiencia muestra que la mejor opción para la bolsa es un gobierno fuerte (presidencia-congreso). En caso de gobierno “dividido”, la serie histórica muestra como claramente preferible una victoria demócrata.

Por todo ello, como decimos, incertidumbre geopolítica que afecta a los mercados. Tal vez, la clave para sortear estos tiempos es fijarnos en las grandes tendencias estratégicas, en el caso de las carteras de largo plazo. O prestar más oídos a la corriente macro. En todo caso, tiempos revueltos que, no lo olvidemos, pueden constituir buenas oportunidades de inversión.

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