Lo que los inversores deben saber mientras China aumenta silenciosamente el apoyo a su mercado de valores

Pekín está aumentando silenciosamente su respaldo al mercado de valores chino y ha prometido un mayor apoyo crediticio para el sector tecnológico, lo que indica un enfoque más práctico para guiar la economía a través de un delicado período de transición e incertidumbre.
En su reunión de política monetaria del primer trimestre de la semana pasada, el Banco Popular de China (PBOC) reiteró su compromiso de mantener una postura política moderadamente laxa, un término que no se había utilizado de forma destacada desde la crisis financiera mundial de 2008, pero que recientemente ha vuelto a los mensajes oficiales. La frase, retomada durante la Conferencia Central de Trabajo Económico del año pasado, se considera ampliamente como una luz verde para una mayor flexibilización, especialmente a medida que las autoridades intentan mejorar la confianza de los inversores y fomentar el crecimiento impulsado por la innovación.
"Los funcionarios llaman a estas reuniones trimestrales la 'veleta' de sus políticas monetarias", dijo Kane Hu, analista jefe de Peak Investment, una correduría boutique en la ciudad occidental de Chengdu, que maneja aproximadamente 80 clientes y alrededor de 100 millones de yuanes, o 15 millones de dólares, en activos.
El banco central indicó que reduciría los tipos de interés y el coeficiente de reservas obligatorias (CRT) "en el momento oportuno", en función de la evolución de las condiciones nacionales e internacionales. Dado que el CRT promedio actual de las instituciones financieras chinas se sitúa en el 6,6 %, los responsables políticos afirman que conservan un amplio margen para reducir los costes de financiación.
Pero más revelador que el tono general de flexibilización fueron las dos áreas claras en las que se centró la reunión: el apoyo a los volátiles mercados de valores de China y un impulso intensificado para canalizar el crédito hacia el creciente sector tecnológico del país.
“Las acciones han estado fluctuando, pero en general alcistas” desde principios de año, dijo Hu. “Sin embargo, el sector inmobiliario sigue estancado, y la gente se muestra fría con respecto a su patrimonio familiar. Por eso estamos viendo una serie de medidas destinadas a estabilizar la confianza de los inversores, ahora reforzadas por la última postura política del Banco Popular de China”.
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El banco central afirmó que seguiría utilizando mecanismos de swaps para sociedades de valores, fondos mutuos y compañías de seguros, junto con programas de représtamos diseñados para financiar recompras de acciones y aumentos del capital social. Estas herramientas, introducidas a finales del año pasado, se están enmarcando ahora como parte de una respuesta política a más largo plazo.
Desde su implementación, aproximadamente 400 empresas de China continental que cotizan en bolsa con acciones tipo A han anunciado planes de recompra o mejora de capital mediante el programa de refinanciamiento. Al mismo tiempo, el banco central está explorando la posibilidad de implementar "acuerdos institucionales normalizados" para estos mecanismos de apoyo, lo que sugiere que podrían convertirse en un elemento fundamental de la estrategia financiera de Pekín.
Las autoridades consideran que la estabilidad del mercado bursátil es esencial no solo para la confianza de los inversores, sino también para la recuperación económica en general. El efecto riqueza derivado del aumento del valor de las acciones se considera un factor clave para impulsar el consumo interno, una prioridad en 2025, ya que las autoridades intentan desviar los motores del crecimiento económico del sector inmobiliario y la industria pesada.
“El apoyo del mercado ya no es esporádico, sino institucional”, afirmó un analista político con sede en Pekín, citado por medios chinos. “Las autoridades reconocen que un mercado de valores sólido y estable es fundamental para la confianza pública y el gasto público”.
Paralelamente a sus intervenciones en el mercado, el Banco Popular de China está intensificando sus esfuerzos para dirigir capital hacia los sectores de tecnología e innovación de China, áreas que el presidente Xi Jinping ha identificado reiteradamente como críticas para la resiliencia económica y estratégica a largo plazo.
El banco anunció planes para optimizar las políticas de refinanciamiento dirigidas a la innovación científica y tecnológica y se comprometió a explorar nuevas formas de herramientas monetarias estructuradas para financiar las mejoras tecnológicas y la I+D. Es probable que estos canales de crédito sectoriales experimenten reducciones de tipos antes de cualquier recorte generalizado de los tipos de interés de referencia, lo que indica que los responsables políticos prefieren un estímulo focalizado a una inyección indiscriminada de liquidez.
El énfasis en las herramientas estructurales encaja con la estrategia financiera más amplia de “cinco capítulos principales” de China, que abarca la tecnología, el desarrollo verde, las finanzas inclusivas, la reforma de las pensiones y las finanzas digitales.
“La flexibilización selectiva otorga al banco central mayor control y un mayor impacto”, declaró a MarketWatch el economista Liu Ming, residente en Shanghái. “También envía una señal a las empresas privadas y a los inversores de que la innovación sigue siendo el eje central de la visión económica de Pekín”.
El Banco Popular de China también abordó la estabilidad en los mercados de divisas y de bonos, comprometiéndose a lo que denominó las “tres 'firmezas'”: corregir firmemente el comportamiento procíclico del mercado, prevenir firmemente el desorden y evitar firmemente la volatilidad excesiva del renminbi.
En el mercado de bonos, el banco central adoptó un tono más cauteloso, prometiendo evaluar los rendimientos a largo plazo desde una perspectiva macroprudencial. Tras las fuertes caídas a finales de 2024, los rendimientos se han recuperado recientemente a medida que los inversores vuelven a invertir en renta variable, lo que añade complejidad a la planificación de la política monetaria.
La conclusión general de la reunión del primer trimestre es que, si bien sigue sobre la mesa una amplia flexibilización monetaria, el banco central de China está priorizando intervenciones específicas en mercados e industrias que son fundamentales para la reactivación económica del país.
Desde septiembre, cuando se introdujo una nueva ola de herramientas monetarias incrementales , Pekín se ha resistido a recortes drásticos de tipos, optando en cambio por un apoyo preciso y sectorial. Las últimas señales sugieren que este enfoque se mantendrá hasta 2025, y que las herramientas estructurales se convertirán en un mecanismo clave tanto para estabilizar los mercados como para canalizar el capital hacia la innovación.