"La renta variable estadounidense está muy cara"
Xavier Chapard, estratega de LBP AM, accionista mayoritario de LFDE
Una vez disipada la incertidumbre política en EE. UU., la atención se dirige ahora hacia los nombramientos de la futura administración Trump, que darán una idea de las políticas económicas que verdaderamente podrían ponerse en marcha. Los primeros nombres propuestos —figuras leales al presidente y de línea bastante dura— sugieren que las políticas presentadas en campaña podrían aplicarse en cierto grado, aunque el alcance y los plazos de las medidas siguen siendo muy inciertos.
En este contexto, nos parece que los tipos largos y el dólar han alcanzado niveles razonables, aunque podrían prolongar su ascenso a corto plazo si en los próximos meses la actividad y la inflación superan las previsiones. La renta variable estadounidense está muy cara, pero podría seguir beneficiándose de la dinámica actual y del hecho de que el posicionamiento de los inversores aún no es extremo.
Sin embargo, consideramos que en EE. UU. las primas de la deuda corporativa han pasado a ser insuficientes ante la subida de los tipos de interés y el riesgo de volatilidad, por lo que preferimos la renta fija pública y la renta fija privada europea.