Hay una palabra que define perfectamente mercados y economía: Confusión.
Adam Button
Es difícil encontrar señales consistentes sobre la economía en este momento. Sin duda, hay señales de debilitamiento en cuestiones como la vivienda y en sectores sensibles a las tasas, como el sector automotor, pero el sector minorista de bienes de consumo parece sólido, como lo destacó Walmart la semana pasada.
El mercado de esta semana es igualmente confuso. Las acciones están en alza y el mercado se comporta como si se estuviera produciendo un aterrizaje suave con una desinflación impecable, pero al mismo tiempo, el petróleo lleva cuatro días de pérdidas y el cobre ha estado en problemas.
En cuanto al petróleo, el panorama también es turbio, como lo destacan un par de gráficos. La demanda de combustible para aviones en este momento es mayor que en cualquier otro momento del verano de los últimos cinco años. Los vuelos están por encima de los niveles previos a la pandemia, lo que sin duda es una buena señal de la salud del consumidor.
Por otro lado, la demanda de diésel es ahora menor que en cualquier otro momento de los últimos cinco años, y sigue bajando. Eso sugiere que el sector industrial y de transporte de la economía está en dificultades.
Seguiré de cerca el diésel, pero creo que está claro lo que va a pasar con el combustible para aviones. Las aerolíneas de toda Norteamérica han advertido de una reducción de las reservas y eso ha hecho que las acciones de las aerolíneas se tambaleen, en algunos casos hasta los niveles de 2020.