Entre los máximos de 2007 y los mínimos recientes la bolsa española ha perdido más del 60% de su valor
Nicolás López de M&G Valores
En apenas un mes y medio las Bolsas han registrado una caída histórica y un rebote parcial pero importante. En ese tiempo prácticamente no hemos empezado a conocer datos económicos relevantes sobre el deterioro de la economía. El mercado cayó al hacerse patente la expansión de la epidemia fuera de China, y está rebotando ante los primeros indicios de que podríamos estar acercándonos al pico de los contagios, es decir, al punto de máxima intensidad en el número de nuevos casos diarios.
En los países que empezaron antes como España e Italia, parece que efectivamente el pico ha podido quedar atrás, mientras que en otros como EEUU todavía faltarían algunos días, pero podría alcanzarse en una o dos semanas.
Los primeros datos que hemos conocido que recogen ya parte del impacto de la crisis son los relativos al empleo en el mes de marzo, que confirman una destrucción de empleo en un mes histórica en muchos países. El Banco de Francia ha hecho una primera estimación del PIB en el primer trimestre, calculando una caída del 6% respecto al trimestre anterior, y eso que sólo coge un mes de parón de actividad. Los datos del 2º trimestre que acabamos de comenzar serán todavía peores, por lo que no es descabellado pensar en una caída acumulada del 15% en la primera parte del año.
La cuestión, en todo caso, es valorar el ritmo de recuperación que podamos tener en trimestres posteriores. Aquí será clave que las ayudas masivas a la economía hayan logrado evitar una destrucción generalizada del tejido productivo, así como el grado de control de la pandemia, que evite que en el otoño haya que volver a parar la economía por la posible aparición de nuevos brotes. Muchas incertidumbres todavía que permiten contemplar escenarios muy diversos para los mercados en los próximos meses. Entre una vuelta en V y una depresión prolongada nos quedaríamos con un escenario intermedio relativamente optimista: una recuperación gradual que en dos años nos lleve a recuperar el nivel de PIB previo a la crisis. Un escenario así sería moderadamente positivo para los mercados e, independientemente de que en el corto plazo se mantenga la inestabilidad, implicaría una recuperación significativa a 1-2 años vista.
Argumento para la recuperación: no tenemos los graves desequilibrios de 2007.
Las grandes crisis son normalmente procesos de ajustes a los desequilibrios acumulados durante una fase expansiva prolongada. España registró un gran ciclo de crecimiento entre 1982 y 2007, sólo interrumpido por una breve recesión en 1992/93. En ese período la Bolsa registró un gran mercado alcista con una rentabilidad media del 16% anual. La última fase de ese gran ciclo, entre 2003 y 2007, el crecimiento de la economía estuvo impulsado por una gran burbuja inmobiliaria-crediticia. Se trató de la típica fase de euforia irracional que creo los graves desequilibrios que explican las penurias de la década siguiente.
Entre los máximos de 2007 y los mínimos recientes la bolsa española ha perdido más del 60% de su valor, equivalente a una caída del 8% anual durante estos 13 años. Hemos vuelto a caer a las cercanías de los mínimos de 2002 que fueron el origen del período de la gran burbuja, un saneamiento total de los excesos que podría ser la base para el inicio de un nuevo ciclo en los próximos años