¿Cómo ha evolucionado el mercado desde las elecciones de EE.UU.? Veamos.
Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM
La reacción del mercado desde las elecciones –y antes de eso, en las dos semanas en las que las encuestas empezaron a inclinarse a favor de Trump– refleja la creencia en una inflación más fuerte acompañada de un crecimiento aún más fuerte.
Esto es al menos lo que sugiere el desglose de los rendimientos estadounidenses a 10 años. Si el flujo de noticias procedentes de la Casa Blanca en los primeros meses de 2025 se centra más en medidas que, de hecho, elevarían la inflación, pero también probablemente frenarían el crecimiento –mano dura contra la inmigración y aranceles comerciales–, mientras que la esperada subida del azúcar fiscal tarda en materializarse, la reacción del mercado podría cambiar.
En última instancia, posiblemente más que la estrechez de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, es la respuesta del mercado la que puede ser la «fuerza de equilibrio» que convencería a la administración Trump de revisar a la baja sus ambiciones en el ámbito macroeconómico.
FED
Respecto a la Fed, pensamos que un recorte de 25 puntos básicos en diciembre –nuestra línea de base– sigue siendo probablemente la “pendiente natural”, pero nuestro nivel de confianza es menor tras la última conferencia de prensa. No haría falta mucho en los próximos datos de inflación y empleo para poner en pausa al FOMC. En cualquier caso, si se produce un recorte en diciembre, esperamos una pausa en enero y, bajo nuestro escenario central para la implementación de las políticas de Trump, creemos que la Fed se detendrá en el 4,25% en marzo. Por supuesto, esto podría ser conflictivo con la administración republicana entrante, dejando al FOMC abierto a acusaciones de parcialidad después de su recorte de 50 puntos básicos de septiembre. Sin embargo, parece que Jay Powell se está preparando para la lucha. Cuando se le preguntó si se iría si el presidente se lo pidiera, respondió simple pero contundentemente que “no”. A la pregunta de si el presidente podría destituir a un miembro del consejo de la Fed, respondió que “no está permitido por la ley”. La prueba para la futura relación entre Trump y Powell puede llegar muy pronto: veremos si, y cómo, el presidente electo decide responder a las declaraciones de Powell.
BCE
En cuanto al BCE, lo que está en juego en la reunión de diciembre es, en nuestra opinión, no tanto la cuantía del recorte de ese mes, sino la claridad con la que el BCE seguirá una trayectoria de eliminación de restricciones que devuelva las condiciones monetarias a un punto neutro. Sería peligroso no anticiparse. Esperar a las decisiones reales de Washington sobre los gravámenes a los productos europeos y chinos –creemos que estos últimos importan más– para reaccionar podría mantener las condiciones financieras en Europa indebidamente restrictivas. De hecho, la sola amenaza de otra guerra comercial podría bastar para desencadenar una actitud de espera en el sector empresarial europeo, inseguro, por ejemplo, sobre cómo se tomaría la economía china una subida arancelaria del 60%.
Por otra parte, seguimos pensando que el BCE no puede ignorar el hecho de que la política fiscal es incapaz de proporcionar ninguna protección significativa en la zona euro en este momento. Otra clara manifestación del Zeitgeist es que un día después de que las elecciones estadounidenses dieran a la próxima administración una probable «barrida completa», la coalición alemana se derrumbó. Ahora tenemos a las dos economías más grandes de la UE funcionando con gobiernos minoritarios con un camino poco claro para finalizar el proyecto de ley presupuestaria.