El gráfico semanal: Nike da un aviso sobre el consumo y sobre el 'efecto China'
Renta 4 Banco
La Bolsa francesa, a la que dedicábamos nuestra sección hace dos semanas, ha vuelto a ser la peor de Europa esta última semana del semestre, con una caída del CAC del 2%, e igualmente ha caído la cotización del bono del Tesoro francés, nuestro valor del pasado lunes, que ha visto subir su tipo de interés ligeramente en la semana hasta el 3,3% al que cerró el viernes.
La preocupación por el impacto de las elecciones francesas, cuya primera vuelta se celebró ayer domingo, está detrás de esas caídas, pero como decíamos en nuestro anterior Gráfico, ese impacto no se quedará solo en Francia, sino que trascenderá al conjunto de la zona euro, al ser los problemas de Francia en gran medida compartidos por otros países de la zona.
Las Bolsas europeas, arrastradas por Francia, han vuelto a comportarse peor que las norteamericanas en la semana última de julio, pero en esta ocasión la novedad ha sido que las Bolsas americanas también han sufrido y solo el índice tecnológico Nasdaq ha conseguido subir un casi simbólico 0,24% en la semana, siendo así que tanto el Dow Jones como el S&P han experimentado caídas, bien es verdad que también simbólicas, del -0,08% en ambos casos.
Los descensos han sido, sin embargo, importantes en algunos valores americanos, y entre ellos cabe destacar Nike, que el pasado viernes se desplomaba un 20% tras presentar sus resultados trimestrales. Nike superó las estimaciones de beneficios en sus resultados trimestrales, pero recortó drásticamente sus expectativas de ventas para el trimestre actual y para el conjunto del año. La empresa prevé una caída del 10% en los ingresos, especialmente por el mal comportamiento de las ventas en China y por el imprevisible (“uneven” en palabras de la propia Nike) comportamiento de los consumidores a nivel global.
El Gráfico de los diez últimos años refleja muy bien la espectacular subida de Nike a partir de los mínimos de marzo de 2020, una subida que también tuvieron otras compañías de ropa deportiva, como Lululemon, bajo la idea de que los hábitos de vida iban a cambiar y el estilo de vestir “casual” se iba a imponer absolutamente.
Como siempre sucede, cuando hay excesos llegan luego las correcciones. En el 2022 Nike experimentó una fuerte caída, ante la expectativa de una recesión global que, al menos por el momento, no ha llegado. Pero a lo largo de 2023 Nike ha luchado por recuperar el tono, sin conseguirlo del todo, tal y como se ve en el Gráfico. La mala evolución de sus ventas en China explica en parte esa dificultad de Nike para volver a lo más alto, pero también ha habido sin duda otros errores de gestión.
Las cifras y las estimaciones anunciadas por Nike el pasado viernes parecen estar así anticipando un cierto deterioro del consumo a nivel global y también en Estados Unidos, un deterioro que se refleja en los resultados de otras de las grandes empresas de moda, como H&M, que el pasado jueves caía en Bolsa un 14% tras presentar los resultados y tras anunciar un fuerte descenso de sus ventas en el mes de junio, aparentemente por el mal clima que ha retrasado la llegada del verano.
Es difícil interpretar lo que está sucediendo en un mundo tan complejo y experimental como el que nos está tocando vivir, pero posiblemente lo que nos están diciendo Nike, H&M y otras grandes empresas de consumo es que la combinación de la inflación, la incertidumbre política, el mayor coste del dinero y la debilidad del mercado chino están empezando a hacer mella en el comportamiento de los consumidores, una vez agotado el ahorro "extra" que se generó con los confinamientos.