Santiago Niño Becerra
Se ha gripado el motor que movía el mundo
La última Cumbre del G8 ha fracasado, se dice, porque no se ha alcanzado un compromiso serio para abordar los estímulos para el crecimiento en Europa, y para eso, se continúa diciendo, es preciso que Alemania acepte tener inflación.
Este razonamiento, pienso, se continúa basando en los mismos principios
que han estado guiando el que, oficialmente, aún es el modelo económico
con que nos estamos moviendo: el que nació tras la Depresión: poner el
foco en 'Todos' y en 'Todo': crecer todos a la vez y en todos los
ámbitos socioeconómicos y geopolíticos, y eso ya no es posible porque el
modelo alcanzó el agotamiento de su capacidad de endeudamiento y ya se
constató la falsedad de la inagotabilidad de los recursos. Ahora el foco
ha de ser puesto en el 'Algunos' y en el 'Algo'.
Antes fue posible, pero ya no lo es potenciar, sostener, financiar a
todos y a todo, ahora es inevitable mejorar eficiencias, potenciar las
zonas, las actividades, las compañías que mejor puedan fabricar,
elaborar, los bienes y servicios que sean necesarios de la forma más
productiva que en cada momento sea posible. ¿Por qué?, pues porque no
estamos / existimos en un entorno de abundancia, sino en uno de escasez,
lo que implica escoger, priorizar, optimizar; lo que se traduce en
multivelocidad, geometría variable y crecimiento sesgado.
USA, hasta ahora, ha estimulado porque el resto del mundo se lo ha
permitido, entre otras razones porque amenazaba a ese resto del mundo
con un garrote llamado 'dólar' y porque ofrecía a ese resto del mundo
una zanahoria denominada 'importaciones'. Pero eso ha durado mientras
ese resto del mundo ha podido financiar a USA y mientras ha dispuesto de
capacidad de endeudamiento para ir tirando; a la que esa capacidad de
endeudamiento se ha ido agotando han aparecido los problemas bancarios,
de desempleo, de falta de consumo, de pobreza,
Pienso que el 'único' problema que tiene hoy el planeta -unas economías
más que otras, claro-, es que se ha gripado el motor que movía el mundo:
la deuda. Ni nadie puede pagar toda la deuda ni la deuda puede crecer
más, y el planeta ha llegado a donde ha llegado debido a la deuda.
Ahora toca compensar deudas, eliminar deudas, asumir que no se van a
cobrar deudas, aceptar que hay que hacerse más pequeños; que unas zonas
sí, y otras no; que unas actividades y una parte de la población activa
sí, pero otra no. Por ahí, pienso, va a ir el nuevo modelo.
En preparar eso consistirá la quimioterapia que será suministrada en los
próximos tres años a fin de superar el cáncer que afecta al sistema. Y
las quimioterapias siempre tienen efectos. "Crecimiento y austeridad no
son alternativas contrapuestas" manifestó el Primer Ministro británico
en la reciente Cumbre del G-8 (El País 20.05.2012, Pág. 5). Si cuando
Mr. Cameron pronunció esa frase estaba pensando en 'Todos' y en 'Todo',
hoy si se contraponen.
Y aquí el Sr. Presidente del Gobierno pide garantizar la estabilidad
financiera mientras cinco empresas auditoras van a supervisar el estado
de la banca del reino a la vez que el 26% de la infancia española existe
en condiciones de pobreza. Se está llegando.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School
of Management. Universidad Ramon Llull
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