Se debe permitir de nuevo que los bancos quiebren

Así, Lautenschlaeger argumenta que los bancos se han acostumbrado a una garantía implícita y sin coste del Gobierno que entró en vigor cuando las cosas se torcieron y que al final los bancos y sus inversores tienen pocos incentivos para actuar de una manera sostenible y mirando al futuro.

En su opinión, los contribuyentes no deberían ser forzados a pagar por los fracasos de los bancos y, en su lugar, deberían ser los propietarios y acreedores los que soporten las pérdidas. Lautenschlaeger también se refirió a casos como el de Italia donde los productos subordinados se venden con frecuencia a los particulares, que no son conscientes de que son los primeros en la línea en caso de quiebra, y para los que una quiebra podría suponer no solo una pérdida financiera sino una tragedia personal. Así, si bien señaló que se deben evitar dichas tragedias, argumentó que se debe hacer en consonancia con la idea básica de dejar que fracasen los bancos, y esto es una cuestión tanto de protección del consumidor como de educación financiera.