Hay una solución para desbloquear la situación griega

Capitalbolsa | 23 may, 2012 16:08

Veamos donde nos encontramos en este momento. Alexis Tsipras, líder de la Coalición de Izquierda Radical griega (Syriza), que encabeza las encuestas para las próximas elecciones griegas, repite una y otra vez la siguiente proclama: "Los griegos no aceptarán ni una medida de austeridad más".
Por otro lado, portavoces del gobierno alemán han fijado su postura de una forma absolutamente inequívoca: "No habrá más ayudas a Grecia si no cumple con lo pactado".

Parece que las posturas son tan firmas y tan contrarias, que no es posible llegar a un acuerdo, por lo tanto, Grecia tendrá que salir de la zona euro.
Ahora bien, los analistas de Deutsche Bank dan una tercera opción que podría gustar a todas las partes, y salvar esta situación.
Deutsche Bank señala que el posible futuro gobierno griego estará dominado por partidos que rechazan el programa de ajuste de la Troika. Mientras que el FMI y el resto de los países de la eurozona, no cederán la las presiones griegas para poner fin al programa de austeridad. Simplemente les sería imposible pues sentaría un precedente que erosionaría los esfuerzos de ajuste de otros países miembros.
Al mismo tiempo, añaden, no es posible que Grecia deje formalmente el euro por sí misma, ni tampoco que los otros países de la eurozona fuercen su marcha, abandonando al país heleno por completo. El camino de menor resistencia en este caso sería la interrupción de la asistencia financiera al gobierno griego, el mantenimiento del pago por los servicios de deuda y la estabilización de los bancos griegos en un "Banco Malo Europeo".
En ese escenario, podría surgir una divisa griega paralela al euro, que Deutsche Bank llama Geuro, cuando el gobierno heleno emitiera pagarés para cumplir con las obligaciones corrientes de pago. Esto permitiría a Grecia diseñar una devaluación del tipo de cambio sin el reconocimiento oficial de salida de la Unión Monetaria Europea.
En principio sería de esperar una gran depreciación del Geuro, pero las autoridades griegas tendrían el poder para estabilizar o incluso fortalecer de nuevo el tipo de cambio del Geuro frente al euro, a través de una política fiscal prudente, y una intensa reforma estructural, a fin de mantener la puerta abierta a un futuro regreso al euro.
Por supuesto, esto podría permitir a Alemania (o la troika) mantener su ayuda financiera circular -darte dinero para financiar las obligaciones ya existentes que están en nuestro poder-, mientras que Grecia usaría el Geuro para gestionar su gasto interno.
Habría por tanto dos circuitos paralelos de divisas griegas. Por un lado el euro y por otro el Geuro. El primero se sustentaría con los depósitos en euros y por los créditos a las compañías en el sector de la exportación. Después de su contracción inicial debido a la aparición del Geuro, el circuito del euro volvería a crecer por los mayores ingresos del sector de exportación por la mejora de competitividad. El circuito del Geuro sería alimentado por la emisión del Geuro del gobierno, para financiar su déficit presupuestario primario. Estaría entonces en manos del gobierno griego la reducción de la emisión de nuevos Geuros, por la reducción de su déficit primario, y por tanto, estabilizar el tipo de cambio del Geuro frente al euro.
Por tanto, Grecia podría permanecer en la Unión Monetaria, ejecutando a su vez la devaluación del tipo de cambio necesaria para recuperar competitividad internacional, y en el futuro tener la opción de decidir volver al euro, mediante la recompra de Geuros contra euros.

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